Unos 70 mil habitantes recibieron órdenes de evacuar una zona del noroeste de Puerto Rico por daños en una represa que puede colapsar, en el último capítulo de la saga de calamidades provocadas por el huracán María, que este sábado se desplazaba hacia el mar abierto.
El Servicio Nacional de Meteorología (NWS) emitió el viernes una advertencia por inundaciones para quienes residen en la zona del Río Guajataca y afirmó que la represa corría el riesgo de colapsar por completo.
"Todas las áreas alrededor del río Guajataca deben desalojar AHORA. Sus vidas corren PELIGRO", escribió el NWS, que agregó que la crecida ya se estaba produciendo.
El gobernador Ricardo Rosselló ordenó desalojar a los más de 70 mil habitantes que viven en el área.
El jefe de protección civil Héctor Pesquera dijo que un desagüe que normalmente libera agua de la represa en forma controlada no estaba funcionando, informó el diario El Vocero.
Imágenes de WeatherNation TV mostraban como el agua bajaba a borbotones por la rampa de un conducto de la represa, arrancando pedazos de tierra de la verde pendiente que circunda la represa.
A primera hora del sábado, el NWS extendió la alerta a los municipios de Quebradillas e Isabela, donde viven otras 8 mil personas.
'EL NIVEL DE DEVASTACIÓN ES ABRUMADOR'
“En estos momentos la isla está completamente devastada y una de las preocupaciones más grandes es la seguridad. El gobernador de la isla ha establecido un toque de queda y nadie puede estar en la calle de noche”, comentó a La Prensa un panameño que vive en Puerto Rico donde trabaja como Chef en un restaurante en el viejo San Juan.
Relató que ya habían pasado el huracán Irma, que había causado algunos daños, y ahora con María la devastación es “simplemente abrumadora”.
“Hacia las afueras de la ciudad, los postes de tendido eléctricos están en el suelo, uno tras de otro. Hay gente que ha perdido todo, y no es fácil sobrevivir en condiciones como esta”, dijo.
“En estos momentos todavía tenemos comida y mucha de esa comida ha llegado a través de ayuda internacional, el reto ahora es su distribución. Puerto Rico necesita de esta ayuda, la isla que de por si no produce nada, no está en condición de proveer para si misma dada la situación económica que ya existía en Puerto Rico. En el restaurante en el que trabajo estamos servimos si acaso una cuarta parte de lo que normalmente servimos y nos preocupa como vamos a hacer para proveer a las 40 familias que dependen de este trabajo para subsistir”, explicó.
Agregó que estos momentos algunos lograron prepararse y por eso tienen algo de dinero en efectivo, pero esto les durará mucho. Otro problema, dijo, es el tema del suministro de electricidad.
“No se prevé que esta situación se solucione en menos de seis meses. Es muy probable que tome muchísimo más tiempo, mientras la situación de Puerto Rico es muy desalentadora. La seguridad nos preocupa, en estos momentos hay saqueos de ropa y licor, pero qué va a pasar cuando la comida comience a escasear esto es algo que no puede pasar”, indicó.