Los restos de 42 de las 61 víctimas de la mayor masacre de campesinos por una patrulla del ejército peruano, perpetrada hace 37 años durante la guerra interna, serán entregados a sus familiares la próxima semana, informaron autoridades.
Entre las víctimas de la masacre del 14 de agosto de 1985 en Accomarca, un poblado pobre de la región Ayacucho (sureste), figuran una veintena de niños que fueron asesinados a sangre fría junto a sus padres con balas y granadas.
El alcalde de Accomarca, Fernando Ochoa, dijo a la prensa que la entrega de los restos por parte de la Fiscalía se realizará este 20 de mayo.
“El Ministerio Público va a hacer entrega de una parte de los que perecieron, muchos hijos podrán dar cristiana sepultura a sus padres, pero hay hijos que seguirán esperando porque hay partes que aún no han sido identificadas”, indicó Ochoa.
“Ahora podré darle cristiana sepultura a mi madre y eso para mí es importante. Se cerrará un poco mi corazón de 37 años que estamos luchando por esta justicia”, dijo a la AFP Teófila Ochoa, una mujer de 49 años que perdió a su mamá y a sus cinco hermanos en Accomarca.
La mujer se salvó de la matanza al ocultarse en un maizal aledaño.
La patrulla militar la dirigía el entonces subteniente Telmo Hurtado, quien justificó la matanza alegando que todos los pobladores eran integrantes de la guerrilla maoísta Sendero Luminoso.
El militar, apodado “el carnicero de los Andes”, cumple condena de 23 años desde 2016 tras haber sido extraditado por Estados Unidos, donde permaneció oculto por tres décadas.
Los forenses de la Fiscalía identificaron los restos de 42 de las víctimas mediante pruebas de ADN y la entidad entregará a los familiares algunas prendas de vestir identificadas.
La recuperación de los restos y la entrega a sus familias es parte de una iniciativa del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y la fiscalía peruana, que se suspendió por la pandemia. La última entrega ocurrió en 2018.
Según el informe de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR, 2003), existen en Perú unas 4,000 fosas comunes con víctimas del conflicto.
La guerra contra las guerrillas o contra el terrorismo (1980-2000), como lo califican las autoridades, dejó poco más de 21,000 personas desaparecidas.
Ayacucho concentra 40% de los casos de desaparecidos de Perú. Esa región fue lugar de nacimiento y reducto principal durante dos décadas de Sendero Luminoso.
Durante la guerra interna, los campesinos pobres de los Andes fueron carne de cañón tanto para las guerrillas como para el Ejército.