Felipe de Edimburgo, esposo de la reina Isabel II de Inglaterra, que cumplirá 96 años en junio, abandonará los compromisos públicos en otoño (boreal) tras siete décadas de fiel servicio, anunció este jueves el palacio de Buckingham.
"Su alteza real el duque de Edimburgo ha decidido que no atenderá compromisos públicos a partir de otoño de este año", afirma un comunicado que precisa que Felipe contó "con todo el apoyo de la reina" al tomar su decisión.
"El príncipe Felipe atenderá los compromisos previamente acordados entre ahora y agosto, tanto individualmente como acompañando a la reina. Luego, el duque no aceptará nuevas invitaciones", aunque "podría elegir participar en ciertos actos públicos de vez en cuando".
En cambio, "su majestad continuará cumpliendo con un programa completo de compromisos oficiales con el apoyo de miembros de la familia real", concluye el comunicado.
Felipe de Edimburgo e Isabel II se casaron el 20 de noviembre de 1947, hace casi 70 años, y cinco antes del ascenso al trono de la reina. "Es mi roca. Ha sido mi fuerza y mi sostén", dijo en 2011 la reina, poco inclinada a las muestras de cariño en público.
En la actualidad, seguía vinculado a 780 fundaciones, según el comunicado del palacio de Buckingham.
El anuncio pone fin a una noche de especulaciones sobre la salud de la pareja real, iniciada con la noticia de que todo el personal de Isabel II había sido convocado de urgencia al palacio de Bunckingham para un anuncio de urgencia.
La primera ministra Theresa May expresó su "más profunda gratitud" al príncipe. "En nombre de todo el país, quiero expresar nuestra más profunda gratitud y buenos deseos a su alteza real el duque de Edimburgo", afirmó May.
"Desde su firme apoyo" a la reina, "a sus inspiradores Premios Duque de Edimburgo, y al patronazgo de cientos de organizaciones caritativas y buenas causas, su contribución a nuestro Reino Unido, la Commonwealth y al mundo en general, nos beneficiarán a todos durante años".
El miércoles, un día antes del anuncio, inauguró una nueva grada en el histórico estadio Lord's de críquet de Londres presentándose como el "descubridor de placas más experimentado del mundo", haciendo gala de una socarronería legendaria.