Las protestas no cesan en Bolivia, donde este lunes se espera sean presentadas nuevas propuestas de diálogo para poner fin a una crisis que se tornó más violenta tras la renuncia de Evo Morales a la presidencia y que suma 23 muertos en casi un mes.
La Iglesia católica convocó a una rueda de prensa para la mañana de este lunes, en la que se espera llame a un "diálogo nacional" para acercar posiciones entre el gobierno interino de la derechista Jeanine Áñez y sectores afines a Morales, quien renunció hace una semana y se asiló en México tras desatarse protestas que denunciaban un fraude electoral en los comicios del pasado 20 de octubre.
Casi para la misma hora, la bancada del Movimiento Al Socialismo (MAS, de Morales), que es mayoría en el Congreso, llamó a los grupos legislativos minoritarios a una reunión "para trabajar, conversar, debatir sobre la coyuntura política" y "pacificar" el país, según dijo el domingo la diputada Betty Yañíquez.
Y la ministra de Comunicación, Roxana Lizárraga, mostró en una carta su disposición a "participar en una mesa trabajo y diálogo" en la localidad de El Alto, vecina a La Paz, para "atender las demandas" de los líderes locales y sellar "acuerdos que permitan pacificar".
Allí los vecinos habían llamado desde este lunes a "un cerco a la ciudad de La Paz" para forzar "la renuncia inmediata" de Áñez.
En otro intento por calmar los ánimos, la presidenta interina dijo el domingo que anunciará "muy pronto" la convocatoria a nuevas elecciones "transparentes".
Para hacer ese llamado, su gobierno debe consensuar primero con el partido de Morales, pues según la Constitución es el Congreso el que elige a seis de los siete titulares del Tribunal Supremo Electoral (TSE).
Los anteriores están en prisión preventiva por las irregularidades en las elecciones de octubre, que dieron la reelección a Morales pero que él mismo anuló horas antes de renunciar.
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