Los rehenes capturados por el grupo extremista Hamás el 7 de octubre de 2023, cuando invadió Israel y mató a unas 1,200 personas mientras secuestraba a otras 240, “no tienen los medicamentos esenciales para sobrevivir” y tampoco reciben apoyo de la Cruz Roja Internacional.
Así lo denunció en Panamá el director ejecutivo de Hadassah Internacional, Jorge Diener, tras concluir una gira en busca de respaldo para la organización que se ha encargado, a través del Hospital Hadassah de Jerusalén, de la rehabilitación física y mental de una parte de los 105 rehenes liberados por Hamás a cambio de presos palestinos.
El Hospital Hadassah de Jerusalén cuenta con alrededor de mil médicos en jornada completa, 2,500 enfermeras y atiende a 1.5 millones de pacientes al año. Es el principal centro de educación médica en Israel.
Ahora, explicó Diener, la principal preocupación es garantizar la vida de los rehenes en poder de Hamás, muchos de ellos “malheridos, diabéticos y con problemas cardíacos que se encuentran en algún lugar de la gigantesca red de túneles subterráneos en Gaza”. Diener sostuvo que es lamentable que el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) no está suministrando medicamentos a los rehenes en virtud del acuerdo entre Israel y Hamás.
Familiares de los rehenes, que ayer sábado protestaron nuevamente en Tel Aviv, también han resaltado la responsabilidad que tiene Qatar, país que junto a Francia medió para un acuerdo para la liberación de los rehenes, de garantizar que el suministro de medicamentos llegue a los rehenes. Igualmente, señalan a la Unión Europea (UE) y la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA).
Hasta el momento, la Cruz Roja ha informado que no ha tenido acceso a los rehenes para comprobar su estado de salud y condiciones de cautiverio, lo cual ha sido muy criticado por las familias, que advierten que algunos de los liberados llegaron mal alimentados, drogados y con alteraciones psicológicas porque pasaron muchas horas en la oscuridad.
La organización alega que no se le garantizan las condiciones de seguridad para hacer su trabajo. El ataque de Hamás fue el inicio de una guerra que para Israel tiene dos objetivos: erradicar a Hamás y liberar a los rehenes.
El número de víctimas mortales en Gaza ya supera los 26 mil palestinos. Producto de los enfrentamientos las tropas israelíes han tenido 220 bajas de soldados desde que inició la incursión terrestre, a finales de octubre.
Recientemente, la Corte Internacional de Justicia ordenó a Israel que tomara medidas “inmediatas y efectivas” para impedir actos de “genocidio” contra los palestinos en la franja de Gaza, así como mejorar la situación humanitaria en el enclave palestino, aunque no le exigió un alto el fuego como lo quería Sudáfrica.
Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Italia, Australia y Finlandia suspendieron el financiamiento a la UNRWA, por la supuesta colusión de varios miembros de la organización con Hamás, clasificado como grupo terrorista por varios países, entre ellos Estados Unidos.
Un reporte de EFE de ayer sábado detalla que con más de 30,000 empleados, la UNRWA es la mayor organización de Gaza al margen del gobierno del enclave, controlado de facto por Hamás desde 2007.