El aspirante a la candidatura presidencial republicana Marco Rubio aprovecha el impulso de su tercer puesto en las asambleas partidistas de Iowa para tratar de convencer a los votantes de New Hampshire de que es la mejor opción para frenar a Ted Cruz y Donald Trump.
Rubio llegó detrás de Cruz, el firme favorito entre los conservadores evangélicos, desproporcionadamente influyentes en Iowa, y a muy corta distancia del multimillonario Trump en la primera consulta electoral el lunes.
Si Rubio aventaja a Cruz en la primaria de New Hampshire el martes y queda por delante de candidatos como el exgobernador de la Florida Jeb Bush y el gobernador de Nueva Jersey Chris Christie, tendrá más argumentos para apoyar su afirmación de que es el candidato para unir al partido.
"Cuando yo sea su candidato podré unificar este partido", dijo Rubio en un acto proselitista el miércoles en New Hampshire.
"No podemos ganar si estamos divididos unos contra otros".
La primaria del partido republicano en New Hampshire suele atraer a independientes y conservadores.
La campaña de Rubio espera poder demostrar apoyo en dos estados con electorados muy diferentes como evidencia de una campaña sólida.
El senador de la Florida califica a Cruz como un "calculador" crónico y destaca el fracaso de otros en lograr mejores resultados como prueba de su incapacidad para ser líder.
Rubio razona que Trump ha revelado pocos planes políticos y no le ha dado material suficiente como para criticarlo, aunque disienten en varias cuestiones fundamentales.
Trump difiere de Rubio en política inmigratoria al apoyar la deportación de todos los inmigrantes que viven en Estados Unidos sin autorización.
Rubio en cambio apoya deportar a los "extranjeros delincuentes" pero acepta un proceso por el cual quienes residen sin autorización puedan quedarse después de atender el aspecto de la seguridad inmigratoria.