Después de 60 días de gobierno sin grandes turbulencias, la situación se complica para Joe Biden: enfrentado a una grave crisis en la frontera sur, el presidente de Estados Unidos arranca una semana delicada en la que concederá una primera rueda de prensa con mucho en juego.
El flujo de miles de migrantes ha dado la oportunidad a sus adversarios republicanos, que no habían encontrado todavía el ángulo de ataque sobre su gestión de la pandemia, para hacerse escuchar. Al unísono, acusan ahora al nuevo presidente de haber creado un efecto llamada en la frontera con México y de haber sido demasiado ingenuo.
“Es una locura y no es nada en comparación a lo que será en los próximos meses”, lanzó Donald Trump en el podcast de la presentadora estadounidense Lisa Boothe, emitido este lunes por la mañana.
“Llegarán por millones”, predijo el exmandatario republicano, azuzando la polémica y retomando el tono de su compaña tras haber permanecido muy discreto desde su mudanza a Florida.
Biden ha esquivado en gran medida la cuestión hasta ahora, dejando que su equipo tomara la primera línea, pero cuando se enfrente a las preguntas de los periodistas el jueves sabe que deberá entrar de lleno en el tema.
Preguntado el domingo por la noche a su vuelta de un fin de semana en Camp David, el mandatario se mostró esquivo. ¿Tiene la intención de acudir allí? “En algún momento, sí”. ¿No siente la necesidad de ver por sí mismo lo que está ocurriendo? “Sé lo que está pasando”, respondió.
Detalle revelador: sus diez últimos tuits hablan de mascarillas, de la vacunación, de San Patricio, del plan de estímulo económico, del cambio climático, de la violencia contra los estadounidenses de origen asiático, pero... no hay ninguna mención a la situación en la frontera.
Esta crisis afectará también los planes de la Casa Blanca, que pretendía continuar con la gira “Help is here” para subrayar los méritos del gigantesco plan de ayuda a la economía (de 1.9 billones de dólares) adoptado por el Congreso, y muy popular entre la población estadounidense.
El único desplazamiento presidencial de la semana está previsto este martes, a Ohio, para resaltar el impacto positivo del “American Rescue Plan” en el sector de la salud.