La revolución de la Iglesia de Francisco se abre paso, pese a escándalos

La revolución de la Iglesia de Francisco se abre paso, pese a escándalos


No es nuevo. El Papa latinoamericano –venido del fin del mundo– se ha topado con una fuerte oposición y resistencia. Francisco llegó al Vaticano hace casi tres años con la clara determinación de limpiar las finanzas de la Santa Sede –un fondo negro comandado en muchas ocasiones por la corrupción y la avaricia– y de poner orden en la denostada curia romana. Este binomio explosivo pilló de capa caída a Benedicto XVI y provocó su dimisión.

Ahora, los cimientos de la Santa Sede vuelven a temblar tras la publicación de dos libros que incluyen documentación reservada, balances económicos, archivos secretos del Vaticano y hasta conversaciones entre el Papa y sus asistentes –registradas ilegalmente y a escondidas– que dibujan un escenario alejado del voto de pobreza y marcado por la turbiedad en la gestión de las finanzas, el lujo y los excesos.

Por el robo y divulgación de estos informes, continúa encarcelado en una celda de la prisión del Vaticano, el sacerdote español cercano al Opus Dei, monseñor Lucio Vallejo Balda, mientras que la joven lobista italiana de 33 años, Francesca Chaouqui –sospechosa de ser su cómplice– ha sido puesta en libertad. La gendarmería vaticana no descarta nuevas detenciones en los próximos días.

En Via Crucis, el periodista italiano Gianluigi Nuzzi – que ya publicó las cartas secretas de Benedicto XVI en 2012 robadas por su mayordomo Paolo Gabriele–, describe en 336 páginas el despilfarro de dinero de algunos cardenales, el uso indebido de propiedades inmobiliarias de la Iglesia católica valoradas en miles de millones de euros o la contabilidad opaca del Banco del Vaticano.

Para dar cuenta de estos escandalosos detalles, Nuzzi reproduce documentación –hasta ahora secreta– en 35 páginas de su libro que revela, por ejemplo, que algunos cardenales de la curia viven en lujosos apartamentos de hasta 700 metros cuadrados en el centro histórico de Roma, y, además, sin la obligación de pagar el alquiler y libre de impuestos.

Esta ostentación entra en radical oposición con la decisión del Papa de no vivir en los fastuosos aposentos del Palacio Apostólico, sino en una austera habitación de apenas 50 metros cuadrados en Santa Marta, una residencia para sacerdotes situada dentro del Vaticano.

Según los informes de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (Apsa) a los que ha tenido acceso el autor italiano, son 5 mil las propiedades de la Santa Sede situadas tanto en la capital italiana como en el territorio dentro de los muros vaticanos. De estas, gran parte no están destinadas al culto ya que el Vaticano las dispone para un uso lucrativo, y aun así están exentas de pagar impuestos. Además, quedan evidenciados contratos de alquiler ridículos de estos inmuebles a algunos políticos y empresarios italianos que pagan al Vaticano irrisorias cantidades que van desde 1.87 dólares hasta 108.79 dólares al mes, sacando ventaja de estas privilegiadas condiciones.

FÁBRICA MILLONARIA DE SANTOS

Nuzzi saca a la luz un negocio millonario ligado a los procesos de beatificación y santificación. Según detalla, solo para que la Congregación para las Causas de los Santos abra la causa necesaria para que el alma de la persona suba hasta los altares, podrían ser necesarios más de 54 mil dólares. “El coste medio del proceso total son unos 540 mil dólares”, asegura el periodista.

En este sentido, denuncia que la fábrica millonaria para santificar personas llegó a su punto más álgido durante el pontificado de Juan Pablo II, cuando fueron beatificadas o santificadas mil 820 personas.

Asimismo, Nuzzi critica los excesos cometidos por la Iglesia católica en los fondos que deberían ser destinados en su totalidad para las obras de caridad. Según los datos presentados en el libro, de los casi 58 millones de dólares recaudados por el Óbolo de San Pedro de donativos de los fieles, 38.8 millones de dólares –un 67% del total– fueron destinados a cubrir los gastos de la curia, mientras que tan solo 12 millones de dólares fueron destinados verdaderamente a la caridad.

Por su parte, el periodista italiano Emiliano Fitipaldi, autor del otro libro de la polémica Avarizia, de 224 páginas, revela cómo parte de los fondos bancarios de la Fundación del Bambino Gesú han servido para reformar el lujoso ático del exsecretario de Estado Tarciso Bertone tras su jubilación.

En concreto, el purpurado Bertone usó 217 mil dólares para la refacción del grandioso apartamento, cuando ese dinero debía usarse para ayudar a los niños enfermos del hospital pediátrico que gestiona el Vaticano. En otra ocasión, gastó 26 mil dólares de esos mismos fondos para costearse un viaje en helicóptero de Roma a la región de Basilicata (sur de Italia). A pesar de las pruebas, el cardenal italiano ha dicho que son solo calumnias.

PORNOGRAFÍA Y PETRÓLEO

Fitipaldi, que utiliza 20 páginas de su libro para demostrar con documentos que sus afirmaciones no son ficciones, ha denunciado las amorales inversiones tramitadas por el hospital infantil Bambino Gesú del Vaticano que funciona en Roma desde 1924.

El autor italiano revela que el centro pediátrico – cuyos ingresos dependen en su mayor parte del Servicio Nacional italiano– invirtió dinero en la petrolera Exxon –causante de varios desastres ecológicos y acusada de fraude financiero– y en la empresa química Dow Chemical, protagonista de un escándalo ligado al uso de pesticidas cancerígenos.

Pero la más controversial de las inversiones fue la que hizo una pequeña diócesis en el norte de Eslovenia que compró una sociedad propietaria de una televisión pornográfica y que además acumuló una deuda de más de 900 millones de dólares. Según explica Fitipaldi para evitar el default de la pequeña diócesis eslovena, el banco del Vaticano transfirió 50 millones de dólares para sanear sus cuentas.

El Vaticano no ha negado las informaciones recogidas en los libros y ha salido al contraataque defendiendo que el Papa continuará por la vía de la honradez y de la transparencia. “El papa Francisco está sereno. Las noticias sobre la investigación [por sustracción de documentación reservada] obviamente no son fuente de alegría, pero con su experiencia entiende que haya dificultades en la vida. Por otra parte, el Papa sabe perfectamente qué hacer, sabe cuál es su misión”, explicó el jefe de la Oficina de prensa del Vaticano, padre Federico Lombardi, esta semana.

Mientras tanto, el Papa ha vuelto a arremeter duramente contra los sacerdotes que viven “una doble vida” y que convierten la Iglesia en un lugar para los negocios al recordar que su verdadera misión es servir. Lo hizo este viernes durante la habitual misa que celebra cada día en la capilla de la residencia de Santa Marta. “En la Iglesia están estos, que en vez de servir, pensar en los otros, sentar las bases, se sirven de la Iglesia: los escaladores, los apegados al dinero. ¿Cuántos sacerdotes, obispos, hemos visto así? Es triste decirlo, ¿no?”, lamentó Francisco.

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