Costa Rica y Panamá no solo comparten una frontera de unos 300 kilómetros y un parque internacional que es patrimonio de la humanidad, sino también una relación de amistad que data de 1903. De allí que el gobierno del presidente costarricense Carlos Alvarado esté interesado en seguir profundizando el diálogo político, la cooperación y el comercio. Así lo manifestó el ministro de Relaciones Exteriores y Culto, Rodolfo Solano Quirós, quien estuvo en Panamá en su primera visita oficial tras asumir el cargo a inicios de febrero.
“El mensaje que traigo [del Presidente] es que sigamos construyendo, que sigamos generando oportunidades. Y es precisamente en esa arena, en esos tres pilares en los que Costa Rica y Panamá tienen oportunidades infinitas [solo tenemos que] armonizar las condiciones para sacarle mayor provecho a esta asociación”, manifestó Solano.
En conversación con este medio, el canciller destacó que con las condiciones geopolíticas que afronta la región es fundamental que la voz de Panamá y Costa Rica —que comparten valores universales como la democracia y el respeto a los derechos humanos— se haga escuchar; que en este momento no se puede ceder ni un centímetro en la defensa y la promoción de la democracia; y que la libertad de expresión y opinión es una impostergable necesidad para fortalecer la institucionalidad de todos nuestros países.
En cuanto a la relación bilateral, manifestó que en materia de cooperación ambas naciones tienen una condición de renta media que requiere de que sean innovadores y creativos para impactar la calidad de vida de los ciudadanos, al tiempo que destacó la importancia de ser complementarios en su asociación estratégica, para que, por ejemplo, los jóvenes costarricenses y panameños aprovechen las oportunidades y sean capaces de penetrar otros mercados a través de emprendimientos.
El funcionario costarricense expresó que durante su encuentro con el ministro de Relaciones Exteriores panameño, Alejandro Ferrer, buscó efectuar una comparación de agendas y portafolios para ver cuán maduros están los proyectos que llevan adelante ambos gobiernos.
He notado que durante la presidencia del señor Alvarado se ha hecho énfasis en el acercamiento a Panamá. ¿Hay un interés particular?
Es que tenemos tantas similitudes. Costa Rica y Panamá comparten valores universales como la democracia, el respeto a los derechos humanos, el desarme, la paz, el bienestar de nuestra gente, y cuando tenemos esos valores la naturaleza de nuestra relación debe enfocarse precisamente a ser innovadores y creativos. Yo creo que el presidente Alvarado y el presidente [Laurentino] Cortizo también han tenido unas reuniones bilaterales que han permitido potenciar aún más esa amistad y el Presidente me ha instruido que de manera particular le pongamos mucha energía y mucha atención a fortalecer esa relación con Panamá. Estamos muy ilusionados de crear lo que podemos denominar una visión 2021.
¿Cuál sería la prioridad en cada uno de los pilares que fundamentan el Acuerdo de Asociación durante su gestión?
El diálogo político es fundamental, las condiciones geopolíticas de la región y del mundo requieren que países como Costa Rica y Panamá podamos trabajar juntos para que nuestra voz en las arenas de la comunidad internacional sea escuchada, que tengamos capacidad de complementariedad.
En el tema de la cooperación, somos países que también tenemos una condición de renta media, que tenemos que ser innovadores en cómo generar intercambios de nuevas experiencias pero sobre todo que impacten en la calidad de vida de los ciudadanos. Tenemos que ser muy creativos. Y, obviamente, en la parte comercial de atracción de inversiones, ambos países estamos totalmente decididos a seguir incorporándonos a las cadenas de valor, a hacer del comercio internacional un motor. Panamá ha sido sumamente exitoso en la economía de servicios, nosotros también hemos sido muy exitosos en la economía de servicios, y buscando esa asociación estratégica nos puede generar muchos beneficios. Pasando, inclusive, por la capacidad de la gestión del talento humano, somos países con poblaciones relativamente pequeñas, pero complementándonos podemos lograr resultados muy positivos, cuando nos estamos adentrando a la cuarta revolución industrial que pasa necesariamente por economía naranja, por digitalización, por la inteligencia artificial, y nuestros jóvenes tienen oportunidades inmensas en la creación de startup, de negocios que puedan penetrar juntos otros mercados.
Proyectos en conjunto que se estén desarrollando o temas específicos que se estén abordando.
Tenemos una agenda muy dinámica binacional: temas de seguridad, por ejemplo, que es uno de los temas importantes de nuestros países, tenemos agendas ambientales, una agenda comercial y una fitosanitaria.
En el comercio bilateral hay toda una plataforma de intercambio de productos agrícolas, industriales, entre ambos países, hay un potencial muy grande en servicios que es donde las economías nuestras se están moviendo muy agresivamente. Panamá ha sido un referente en materia de servicios financieros y de seguros y Costa Rica también ha sido un referente en la prestación de servicios que se llaman de generación de apoyo a corporaciones, que ya trascendió a los conocidos como call center. Así que me parece que ahí tenemos nosotros una gran oportunidad. Tenemos que seguirlo perfeccionando. Es decir, el comercio es algo tan dinámico, comenzando por el Canal de Panamá, la Zona Libre de Colón, los esfuerzos de infraestructura que estamos haciendo nosotros. Recientemente tenemos nosotros una terminal de contenedores importante en el Atlántico que tiene una corresponsalía con el mismo Canal de Panamá. Así que usted puede ver que es como una integración que se ha iniciado y que yo creo que va a tener un desarrollo inclusive natural. Hay propuestas de alianzas público privadas que conozco que se quieren hacer en el lado de David, de cómo integrar la parte de Golfito, Corredores, con Chiriquí, tenemos experiencias interesantes en café, en investigación; y el CATIE [Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza] trabaja muy de la mano con los productores de café geisha de Volcán. Entonces, ahí tenemos nosotros muchas oportunidades.
También en esta integración hay ciertos retos que tenemos que afrontar de manera regional. En Costa Rica hicimos un proyecto de mapeo satelital con el US Geologycal Survey para saber dónde estaban los acuíferos y el abastecimiento de esos acuíferos, porque con el tema de ambiente se había determinado que no teníamos muy claro cuándo negar o cuándo otorgar un permiso de aguas. Ese proyecto del Ministerio de Ambiente y Energía, que se gestó también en nuestra embajada en Washington, lo estamos replicando en Honduras, y ese científico que estuvo en Costa Rica en la primera fase vino a Panamá recientemente para que ese know how, esa tecnología, se utilice para enfrentar los retos que son regionales. Una funcionaria nuestra vino con él para presentar el proyecto Viceministerio de Agricultura.
¿En qué etapa estamos tanto en el puente como en los puestos de integración fronterizos?
A eso también venimos nosotros, a hacer una comparación de agendas y portafolios para ver cuán maduros están los proyectos, pero seguimos ahí, moviéndolos, queremos darle un impulso con esta visita y con nuevas administraciones en ambos países. El puente del Sixaola creo que va a ser un ejemplo claro, no solamente por lo que significa la infraestructura sino por el simbolismo que ese puente tiene al conectar nuestros países en diferentes áreas. El puente ya está en las partes finales, espero que antes de que termine el tercer trimestre volver a Panamá.
Desafíos de la región, como bien mencionó usted hace un momento, además de seguridad, la frontera común, y el tema de los migrantes. ¿Cómo atenderlos, cuál es la visión de Costa Rica sobre este tema?
El tema de los migrantes llegó para quedarse con nosotros y tenemos que entender que es un problema que tenemos que afrontar de manera inteligente, seria y responsable, empezando por los países que la estamos enfrentando pero también con el apoyo de la comunidad internacional como un todo. Yo creo que tanto Costa Rica como Panamá han abordado el tema con responsabilidad. Nosotros hemos hecho un llamado a la comunidad internacional, es un asunto de derechos humanos. A veces es un tema complejo de manejar internamente, pero en el caso de Costa Rica está también en nuestra genética, en nuestra identidad, el proteger a los migrantes.
En ese sentido, la situación regional requiere que estemos atentos, tiene que haber sí una columna vertebral que es fundamental, que es la institucionalidad democrática en la región. No podemos en este momento ceder ni un centímetro en la defensa y la promoción de la democracia, en la defensa y la promoción de la institucionalidad del Estado de derecho y sobre todo garantizar que los más vulnerables tengan acceso a las condiciones mínimas de asistencia social para garantizar su desarrollo humano. Además, esto tiene que ir muy de la mano con acceso irrestricto a la libertad de prensa. La libertad de prensa y de opinión deja de ser un anhelo para convertirse en una impostergable necesidad en la región, solamente así podremos fortalecer y construir una institucionalidad democrática que sea respuesta a las necesidades de nuestros ciudadanos. Por eso es que, junto con Panamá, que compartimos esta visión, tenemos una tarea importante. Cuando uno es amigo tiene que tener la transparencia y la sinceridad para decirle a los otros amigos también ‘miren es importante que abordemos estos temas porque de eso depende muchas veces la calidad del futuro de la ciudadanía’, y ese es un tema que, estoy totalmente convencido, Costa Rica y Panamá podemos trabajar de manera conjunta.
¿Cuántos migrantes maneja Costa Rica?
Tenemos la diferencia entre migrante económico y migrante que viene por refugio. En este momento tenemos pendientes 76 mil solicitudes de refugio en la Dirección de Migración, y de ellos, un 80% son de nicaragüenses y tal vez un 6% o 7%, de ciudadanos venezolanos. Entonces, para nosotros el tema de la migración se traduce necesariamente en un impacto también social, a nuestro desarrollo, a nuestros sistemas, instituciones y por eso es tan importante abordarlo de manera conjunta. Tenemos un sistema de seguridad social, de salud, que absorbe a poblaciones vulnerables, población migrante, menores de edad, indigentes, mujeres embarazadas y, pues, tampoco puede absorber tanto a esa población migrante, lo mismo que con la educación pública, porque genera también colapso en el sistema. Son dos temas concretos donde esa situación, esa crisis que estamos sufriendo en la región se manifiesta en nuestra institucionalidad. Además de que es un fenómeno que no conoce fronteras, y también es una población vulnerable que es constantemente acechada por grupos criminales organizados, y también hay que luchar contra la trata y contra los abusos que ellos pueden sufrir.
Los registros costarricenses indican que, actualmente, en esa nación viven alrededor de 15 mil panameños, algunos de ellos de tercera generación. De otro lado, en Panamá hay alrededor de mil costarricenses: unos 700 están registrados en el consulado de la Ciudad de Panamá y otros 300 en el de David, Chiriquí.
“Ya no hay que hablar de fuga de cerebros, tenemos que hablar de circulación de cerebros. Entonces, aunque un panameño esté en Costa Rica le aporta a su país y aunque un costarricense esté en Panamá le aporta a Costa Rica. Ahora, imagínese esos dos cerebros conectados”, remarcó Solano.