Un emotivo servicio religioso reunió este viernes 9 de septiembre en la catedral de San Pablo, de Londres, a algunos de los principales representantes políticos del Reino Unido y cerca de 2 mil ciudadanos británicos, para rendir tributo a Isabel II, fallecida la víspera a los 96 años de edad, tras más de siete décadas de reinado.
Al inicio de la ceremonia, en el templo se escuchó el primer discurso a la nación del nuevo rey Carlos III, grabado previamente en el Palacio de Buckingham, en el que ensalzó la figura de su madre y recalcó su profunda vinculación con la Iglesia anglicana, liderada por el jefe de Estado británico.
Al final de la misa, se entonó por primera vez de manera oficial el himno nacional con las palabras “Dios salve al rey”, en lugar del “Dios salve a la reina” que prevaleció en las últimas siete décadas.
La primera ministra Liz Truss leyó durante la ceremonia un fragmento de la Biblia. “No vivimos para nosotros y no morimos para nosotros. Si vivimos, vivimos para el Señor, y si morimos, morimos para el Señor. Así pues, ya vivamos o muramos, somos del Señor”, expresó Truss.
El ministro de Economía, Kwasi Kwarteng, el de Exteriores, James Cleverly, el alcalde de Londres, Sadiq Khan, y el líder de la oposición, el laborista Keir Starmer, estaban entre los presentes en el acto religioso, al que no asistieron miembros de la familia real.
También acudieron a la misa la viceprimera ministra, Thérèse Coffey, y la líder de la Cámara de los Comunes, Penny Mordaunt, que estuvieron entre los fieles que se levantaron para cantar los himnos sacros durante la ceremonia.
Dentro de unos diez días se oficiará el funeral de Estado de Isabel II, al que acudirán previsiblemente algunos de los principales líderes mundiales y cuyos detalles todavía no han sido anunciados. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ya comunicó que asistirá.
En la ceremonia de este viernes, los coros y la música sacra de órgano, así como el sonido de una gaita escocesa, subrayaron la emotividad y solemnidad de la ocasión, en la que algunos miembros del público derramaron lágrimas.
“Como acto de agradecimiento, nos reunimos hoy con orgullo en esta catedral para llorar la muerte de nuestra señora soberana”, declaró el deán de San Pablo, Andrew Tremlett, que ofició la ceremonia.
“Celebramos el amor por su familia, su responsabilidad hacia el deber y su llamada a la unidad y la concordia en el corazón de la Mancomunidad de Naciones”, continuó el deán.
En paralelo al servicio religioso, la Cámara de los Comunes y la Cámara de los Lores continuaron con las sesiones extraordinarias convocadas en honor a la reina fallecida.
La baronesa Ilora Finlay de Llandaff rememoró su último encuentro con la soberana, durante una misa en la que uno de los niños del coro tuvo que retirarse por una indisposición.
“Al final de servicio, su majestad se acercó y me preguntó con gran preocupación, con sus amables ojos azules, por la salud del niño y por si se encontraba bien”, relató la baronesa, parlamentaria independiente de la Cámara de los Lores.
La reina era “un miembro de todas nuestras familias”, dijo la diputada laborista Jess Phillips, mientras que lord Louis Dobbs alabó su “ejemplo de liderazgo generoso”. “Ella fue un hilo dorado que atravesó el tapiz de nuestras vidas, el nervio que ha unido a esta nación”, agregó.
La jornada del viernes, primer día de los 10 declarados como luto nacional, comenzó con un minuto de silencio, el tañer de campanas y cañonazos en puntos emblemáticos del país, como parte de un programa de actos que durará hasta el 19 de septiembre, cuando la reina podría ser sepultada junto a su padre, Jorge VI, en el castillo de Windsor.
A falta de conocer los detalles definitivos, se espera que el féretro de la reina se traslade mañana domingo de Balmoral a la residencia real de Holyroodhouse en Edimburgo, de donde el lunes saldría en procesión hasta la cercana catedral de St. Giles.
Allí, miembros de la familia real asistirán a una misa y los ciudadanos tendrán la oportunidad de presentar sus respetos a la soberana, mientras que el Parlamento londinense volverá a reunirse en un acto de condolencia al que podría asistir el nuevo rey.
De acuerdo con las previsiones, el ataúd sería trasladado en avión el martes al palacio de Buckingham, en Londres, donde el miércoles iría en una gran procesión hasta la sede parlamentaria del Palacio de Westminster, donde se habilitaría durante cuatro días una capilla ardiente abierta a todos.
Isabel II fue una de los grandes líderes del mundo, dice Truss en los Comunes
La primera ministra británica, Liz Truss, dijo ayer viernes que Isabel II, fallecida un día antes, “fue una de los más grandes líderes que el mundo ha conocido” y “reinventó la monarquía” para adecuarla a la modernidad.
La jefa del Gobierno inauguró los homenajes a la monarca en una sesión especial en la Cámara de los Comunes.
Después de que el pleno guardó un minuto de silencio, el presidente de la cámara baja, Lindsay Hoyle, vestido con ropajes negros, al igual que otros funcionarios y parlamentarios, abrió la sesión con un discurso en que recordó momentos de su reinado.
Truss, que el pasado martes fue recibida por la soberana tras ser elegida por los conservadores como sucesora de Boris Johnson, declaró que el Reino Unido “ha crecido y florecido” durante los 70 años del reino isabelino, en el que la reina demostró su devoción “a la unión” de Inglaterra, Gales, Escocia e Irlanda del Norte.
La líder tory destacó que Isabel II, que conoció a 15 primeros ministros británicos, mantuvo sus reuniones semanales con ellos hasta el final y confesó que ella misma, en sus contactos con la hasta ahora jefa del Estado, se benefició de su “sabio consejo”.
Después de la primera ministra habló el líder del Partido Laborista, Keir Starmer, que destacó la presencia constante de la reina en la vida de la mayoría de británicos, y otros dirigentes de grupos parlamentarios, entre ellos el independentista Partido Nacional Escocés.
El ex primer ministro Boris Johnson expresó en su turno de palabra su tristeza por la muerte de la soberana y señaló que era “un punto de referencia humano” y que, incluso, algunos pensaban “que era eterna”.
Hoyle precisó que la sesión parlamentaria se interrumpiría para escuchar el discurso televisado pregrabado de Carlos III, quien hoy será proclamado oficialmente por el Consejo de Ascensión, un órgano ceremonial histórico que se reúne para designar a cada uno de los nuevos monarcas del Reino Unido.
Carlos III honrará el legado de su madre; Guillermo y Kate son príncipes de Gales
Carlos III dio su primer discurso oficial tras saberse que hoy sábado 10 de septiembre se proclamará como rey de Inglaterra.
El monarca se sentó en su despacho, con una foto de su madre al lado y mostrando luto riguroso para asegurar que “tenemos la mayor deuda que se puede tener para con una madre por su amor, afecto, por ser una guía y un ejemplo”.
“A lo largo de su vida, mi querida madre fue una inspiración y un ejemplo”, afirmó Carlos y recalcó que su labor a partir de ese momento es seguir con el trabajo que Isabel II llevó hasta sus últimos días.
“La reina Isabel tuvo una vida bien vivida, una promesa con destino. Y lamentamos su pérdida profundamente. Esta promesa de un servicio duradero la renuevo yo hoy aquí... En nuestra pena, recordemos la luz de su ejemplo y saquemos fortaleza de él”, continuó.
A partir de ahora “mi vida, por supuesto, cambiará, al tomar mis nuevas responsabilidades. Ya no podré dedicarle tanto tiempo y energía a asuntos y obras de caridad que me importan tanto”.
Y aprovechó ese primer discurso televisado para dar su lugar a Camilla Parker, “que también ha cumplido con el servicio público desde que nos casamos hace 17 años”.
Carlos III también anunció el traspaso del ducado de Cornualles a su hijo mayor, el príncipe Guillermo, primero en la línea de sucesión al trono.
Guillermo y su esposa Kate ahora también tendrán el título de príncipes de Gales.