Bajo la creciente presión tanto de demócratas como de republicanos, el secretario de justicia, Jeff Sessions accedió el jueves a recusarse de la investigación sobre la interferencia de Rusia en las elecciones presidenciales de 2016.
Sus actos ocurren tras las revelaciones de que se encontró dos veces con el embajador ruso y no informó de ello durante su audiencia ante el Congreso. Sessions rechazó cualquier insinuación de que tratara de engañar a alguien sobre sus contactos con Rusia al indicar: "Esa no es mi intención. Eso no es correcto".
El secretario de Justicia dijo que tomó la decisión después de que su personal le recomendó que se recusara de cualquier investigación relacionada con la campaña de Trump, dado que estuvo involucrado en ella. Sessions añadió que su anuncio "no debe ser interpretado como la confirmación de la existencia de cualquier investigación".
La Casa Blanca respaldó a Sessions, aunque funcionarios indicaron que se enteraron en principio sobre sus contactos con el embajador el miércoles por la noche por medio de un reportero.
El presidente Donald Trump dijo que tenía confianza "total" en él y no creía que fuera necesario que se retirara de la investigación. El Departamento de Justicia sostiene que no existe nada inapropiado en torno a los contactos de Sessions o sus respuestas ante el Congreso, mientras que las continuas acusaciones de interferencia rusa en la política estadounidense alentaron los llamados por parte de los demócratas no solo para que Sessions se recuse, sino también para que renuncie al cargo.
Sessions ha enfrentado crecientes exhortos para que resuelva las aparentes contradicciones entre sus dos conversaciones a mediados del año pasado con el enviado de Moscú en Estados Unidos, Sergey Kislyak, y sus declaraciones juradas de enero pasado ante el Congreso, cuando dijo que no había tenido comunicación con los rusos durante la campaña presidencial.