Como en los tiempos de Fidel Castro, el gobierno de Cuba regresó este sábado a los actos masivos de “reafirmación revolucionaria” para rechazar una ofensiva en su contra en redes sociales, y cerrar el paso a protestas como las ocurridas hace seis días.
“¡Abajo los Yankees!”, “¡Nacimos para vencer y no para ser vencidos!”, gritaba la multitud, congregada en el Malecón de La Habana y apoyando al presidente: “Pa’ lo que sea Canel, pa’ lo que sea”.
Se trata de los primeros actos públicos en respuesta a las inéditas protestas que sacudieron el domingo y lunes decenas de ciudades cubanas, dejaron un muerto, decenas de heridos y más de un centenar de detenidos, mostrando importantes fisuras sociales.
Varios miles de personas con mascarillas, banderas nacionales y del 26 de julio (Movimiento de Fidel Castro para la revolución), respondieron a la convocatoria en La Habana, y amanecieron junto al presidente Miguel Díaz-Canel y al líder jubilado Raúl Castro, vestido con su uniforme de general.
Desde abril, cuando dejó la jefatura del Partido Comunista, Raúl estaba fuera del ámbito público hasta las protestas.
“Todo el que sienta por la Revolución, que haya sentido por Fidel, que haya sentido por lo que se hizo en este país y lo que hay que seguir haciendo, sabe lo que significa la presencia de Raúl ahí”, opinó Carlos Cruz, un jubilado de 65 años.
La movilización sucede en el peor momento de la pandemia de la Covid-19 para Cuba. La isla de 11.2 millones de habitantes acumula 275,608 casos y 1,843 muertos. Solo en las últimas 24 horas, hubo más de 6,000 contagios y 52 fallecidos.
“Con pandemia o sin pandemia tenemos que defender esto (la Revolución) y aquí estamos, protegiéndonos y cuidándonos porque además tenemos que defender lo nuestro”, dijo a la AFP Héctor Román, un maestro de 73 años.
Hay “un odio desbordado en las redes sociales”, denunció Díaz-Canel, y “lo que está viendo el mundo de Cuba es una mentira”, dijo.
Las “imágenes falsas” difundidas en redes sociales “estimulan y glorifican el desacato y la destrucción de inmuebles”, afirmó.
El acceso al internet móvil fue cortado en la isla entre el domingo al mediodía y el miércoles por la mañana, antes de ser restablecido pero de manera inestable.
El cubano “no es un gobierno que reprime a su pueblo”, afirmó el presidente en respuesta a imágenes y testimonios de represión policial no habitual en la isla.
Pero “ninguna mentira se ha levantado por casualidad o por error, todo está fríamente calculado en un manual de guerra no convencional”, añadió el presidente, quien acusó a Estados Unidos de haber fomentado las protestas.
Y esas imágenes “han causado un daño inconmensurable al alma nacional”.
La multitud fue convocada a través de centros de trabajo y universidades. Varios autobuses estaban parqueados cerca, constató la AFP.
“Nosotros tenemos que por derecho propio defender nuestra Revolución, en las palabras que (Díaz-Canel) dijo, él dejó claro para el mundo entero que esto (la Revolución) no la tumba nadie”, dijo Madelaine Rigales, una directora de escuela de 41 años.
Antes de comenzar el acto, en la explanada de la Piragua, cerca de la embajada de Estados Unidos, un hombre fue arrestado después de gritar “Patria y Vida”, el título de una contestataria canción devenida himno de las protestas, constataron periodistas de la AFP.
La vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, se reunió el viernes en Cuba con Díaz-Canel para expresar la solidaridad de su país y rechazar la campaña “político-comunicacional” contra la isla, indicó el diario oficial Granma.
Según Granma, también estaban previstos el sábado actos en otras ciudades como Santiago de Cuba, Bayamo, Camagüey y Santa Clara.
La represión policial en las manifestaciones, difundidas por redes sociales o que algunos cubanos presenciaron en las calles generó críticas de artistas y otros sectores.
“Nos han tirado con todo y, lo peor, han querido dividirnos”, dijo Gerardo Hernández, diputado de la Asamblea Nacional y otro orador del acto.
Hernández es uno de los cinco agentes cubanos que guardó prisión en Estados Unidos acusado de espionaje y que fue devuelto a la isla gracias a un acuerdo de intercambio de prisioneros en 2014.
Es considerado héroe en Cuba, donde es coordinador nacional de los Comité de Defensa de la Revolución, una masiva organización barrial, de vigilancia y control.
“Han querido destruir la tranquilidad de nuestros barrios, destruir la paz con que hemos vivido”, dijo y, conciliador, afirmó que “nadie es enemigo de los revolucionarios por pensar diferente”.
“Cuba es de todos”, dijo el diario Granma al convocar a los actos, pero aclaró en las calles no se admiten “Ni delincuentes, ni anexionistas” a Estados Unidos.