Los restos del ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi, fallecido el pasado lunes a los 86 años por una leucemia, fueron llevados a incinerar por su pareja, Marta Fascina, y por otros familiares.
El féretro del magnate fue transportado en un coche funerario hasta un crematorio en la localidad de Valenza (norte), entre las regiones de Lombardía y Piamonte, escoltado por la policía y recibido por decenas de admiradores.
Acompañaron al ataúd la novia del magnate, Marta Fascina, 53 años más joven que él y con quien se casó en marzo de 2022 en una ceremonia “simbólica”, sin valor legal.
También han estado en el crematorio su hermano Paolo y el menor de sus cinco hijos, Luigi Berlusconi.
Berlusconi recibió ayer miércoles un funeral de Estado en la catedral de Milán (norte) ante la plana mayor del país, desde el presidente de la República, Sergio Mattarella, a la primera ministra, Giorgia Meloni, apoyada por su partido, Forza Italia.
Además se proclamó el luto nacional y las banderas ondearon a media asta en todo el país.
El cadáver del político conservador fue velado en la más estricta privacidad en su mansión de la localidad de Arcore (norte) desde el lunes y luego trasladado en un cortejo fúnebre a Milán, donde fue recibido con honores militares.
Sus cenizas, según los medios, serán custodiadas en el mausoleo que el magnate hizo construir en el jardín de su villa en Arcore, la residencia desde la que gestionaba su imperio.