El supertifón Mangkhut se dirige este domingo hacia las costas meridionales de China, tras haber golpeado el norte de Filipinas dejando al menos 25 muertos y obligando a más de 100 mil personas a abandonar sus hogares.
Mangkhut, considerado como el tifón más violento del año, se encamina hacia una zona densamente poblada situada cerca del territorio semiautónomo de Hong Kong.
A su paso por Filipinas arrasó zonas agrícolas del norte de la isla de Luzón, la principal del archipiélago, provocando inundaciones y corrimientos de tierra. El tifón cortó vías de comunicación y la electricidad en la mayor parte de la zona situada en su trayectoria, por lo que las autoridades tenían dificultades este domingo para evaluar los daños humanos y materiales provocados por el temporal.
"Hasta el momento, (...) hay 25 muertos", dijo a la AFP Francis Tolentino, principal responsable del gobierno filipino para la gestión de las catástrofes naturales. El anterior balance mencionaba a ocho víctimas mortales.
En la ciudad de Baggao, en el norte de Luzón, el tifón destrozó casas y arrancó tejados y líneas eléctricas. Algunas carreteras estaban totalmente inundadas, y en otras no se podían circular por los corrimientos de tierra.
Las granjas de la isla, que suministran una parte importante de la producción filipina de arroz y maíz, también estaban inundadas, y muchos cultivos quedaron arrasados a un mes de la cosecha.
"Ya somos pobres y ahora nos llega esa tempestad", lamentaba Mary Anne Baril, de 40 años, cuyos cultivos no sobrevivieron al paso de Mangkhut. "No tenemos otra forma de sobrevivir".
Una veintena de tifones golpean cada año el archipiélago filipino, causando centenares de muertos y agravando la pobreza de millones de personas.
En noviembre de 2013, el tifón Haiyan, uno de los más violentos, provocó olas similares a las de un tsunami que arrasaron todo a su paso. La catástrofe causó mas de 7 mil 350 muertos o desaparecidos, y cuatro millones de personas quedaron privadas de sus viviendas.
El tifón perdió intensidad al cruzar Filipinas y se dirigía hacia el sur de China, donde este domingo se espera que su ojo toque tierra bastante al oeste de Macao y Hong Kong.
En ambos territorios semiautónomos, las estanterías de las panaderías y los supermercados se vaciaron rápidamente, a medida que los habitantes almacenaban provisiones ante la llegada del tifón.
La compañía aérea de Hong Kong, Cathay Pacific, prevé la cancelación de más de 400 vuelos en los tres próximos días.
El Observatorio Meteorológico de Hong Kong indicó que se habían registrado vientos de hasta 180 km/h en una isla situada cerca de su costa, e incluso ráfagas de 242 km/h en algunas cumbres.
Las calles de la excolonia británica, habitualmente asestadas de gente, estaban totalmente desiertas, y se veían impresionantes olas en la bahía de Victoria Harbour.
Se veían pocos coches en las principales arterias de la ciudad, llenas de árboles arrancados. Algunos habitantes aseguraban tener la desagradable sensación de que sus edificios oscilaban con el viento.
Y en Macao, las autoridades decidieron cerrar sus 42 casinos por primera vez en su historia. Muchos comerciantes colocaron sacos de arena ante sus tiendas y protegieron las vitrinas con placas de madera.
"Entre todos los tifones de este año, este (Mangkhut) es el más fuerte, los vientos que le acompañan son los más violentos", dijo a la AFP Hiroshi Ishihara, de la agencia meteorológica japonesa.