El gigante de los autos eléctricos Tesla efectuará una nueva retirada masiva de vehículos a causa de unos portamaletas “potencialmente” defectuosos en dos modelos en China y Estados Unidos, una medida que volvió a poner sobre la mesa la cuestión de su fiabilidad.
Los reguladores chinos anunciaron la retirada de casi 200,000 coches el viernes, horas después de que en Estados Unidos, el regulador para la seguridad automotora informara que Tesla estaba retirando unos 475,000 vehículos del mercado.
El modelo más afectado es el superventas Model 3. Tesla indica que “la apertura y el cierre repetidos de la puerta del maletero” pueden “provocar un desgaste excesivo del cable coaxial” conectado a la cámara de visión trasera, lo que podría hacer que la cámara no estuviera disponible para el conductor.
El otro coche implicado es el lujoso Model S. Uno de los pestillos del maletero está mal alineado en la parte delantera del coche y podría “abrirse inesperadamente y obstruir la visión del conductor”.
Tesla estima que el 1% de los Model 3 y el 14% de los Model S retirados en Estados Unidos tendrán este defecto de fabricación. La marca subrayó que este posible defecto no había causado, por lo que sabía, ningún accidente ni lesión.
Las retiradas a gran escala para revisar los vehículos no son infrecuentes en la industria del automóvil: Volkswagen retiró 8.5 millones de coches en 2015 tras el escándalo del Dieselgate; un defecto en los airbags también provocó la retirada de al menos 100 millones de vehículos de todas las marcas y la quiebra del fabricante de airbags Takata.
En el caso de Tesla, sin embargo, esta llamada a revisión representa al menos una cuarta parte de los coches producidos por el joven gigante del automóvil eléctrico, sin que se conozca aún la cifra total de producción para 2022.
“Esto es una llamada de atención para Tesla, con una bofetada de bienvenida del mundo del automóvil, que resulta ser quizás más complejo que el mundo de los smartphones con el que a muchos les gusta compararlo”, comentó el experto alemán Matthias Schmidt.
“Un coche con problemas puede causar mucho más daño que un iPhone defectuoso”, subrayó.
En junio, el gigante de los coches eléctricos ya había retirado más de 285.000 coches en China por problemas con su software de conducción asistida que podía provocar accidentes.
También retiró unos miles de Model 3 y Model Y en Estados Unidos para inspeccionar o incluso sustituir tornillos de las pinzas de freno.
Pese al anuncio de que retirará a miles de vehículos del mercado, Tesla ha tenido un buen año en un mercado automovilístico muy afectado por la crisis sanitaria y la escasez de chips electrónicos.
En Wall Street, la empresa entró en octubre en el reducidísimo club de los grupos que valen más de un billón de dólares en bolsa. En el tercer trimestre entregó más de 240,000 vehículos, un récord. Su jefe, Elon Musk, el hombre más rico del planeta, fue nombrado Persona del Año por la revista Time.
Para el analista Trip Chowdhry, del gabinete Global Equities Reserach, el llamado a revisión estadounidense es un “no evento”, ya que por sus capacidades de desarrollo informático, Tesla conserva una ventaja sobre sus competidores.
La marca sigue dominando el mercado mundial de vehículos eléctricos, en el que los principales fabricantes apenas están empezando a ampliar sus gamas, como Ford con su pick-up F150 y el número uno del mundo, Toyota, con varios lanzamientos previstos.
Este episodio es solo el último de una serie de reveses sufridos por el pionero de los vehículos autónomos estadounidense: la marca es extremadamente popular en China, pero su reputación se ha visto perjudicada por varios incidentes de seguridad y escándalos en los últimos meses.
En abril, los frenos de Tesla fueron noticia en China cuando una clienta descontenta protagonizó un alboroto en el salón del automóvil de Shanghái, en protesta por el sistema de frenado supuestamente defectuoso de un vehículo en el que sus familiares habían resultado heridos.
La Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras estadounidenses (NHTSA) indicó sin embargo en enero, tras revisar casi 250 solicitudes, que los accidentes citados no podían atribuirse a un defecto del vehículo, sino al “mal uso de los pedales”.
El sistema de ayuda a la conducción “Autopilot” también es investigado por la NHTSA tras una serie de accidentes. Y el hecho de que Tesla esté probando nuevas funciones de asistencia al conductor en condiciones reales sin una autorización específica también alimenta la polémica.