Al menos dos muertos y varios heridos deja este domingo 8 de julio una violenta incursión de antimotines y paramilitares en Diriamba y Jinotepe, en el suroccidente de Nicaragua, donde derriban barricadas levantadas por opositores al presidente Daniel Ortega, informó un grupo de derechos humanos.
“Se reportan en Diriamba dos personas muertas. Entraron a eso de las seis de la mañana antimotines y paramilitares con armamento pesado”, aseguró a la AFP Vivian Zúñiga, responsable del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos en el departamento de Carazo, al que pertenecen esas poblaciones.
Grupos de hombres vestidos de civil, con capuchas negras, fuertemente armados recorren las calles de esas poblaciones del departamento de Carazo, según videos de pobladores, difundidos en redes sociales y por activistas de derechos humanos.
“La situación es grave. Hay un ataque desmedido de las fuerzas del gobierno, que está acarreando derramamiento de sangre, más muerte y luto en nuestro país. La represión de fuerzas combinadas es desproporcionada”, declaró el secretario ejecutivo de la Asociación Nicaragüense pro Derechos Humanos, Alvaro Leiva.
Según Zúñiga, las fuerzas combinadas progubernamentales tienen la basílica de San Sebastián de Diriamba “rodeada para impedir que abran la puerta a los heridos”.
El secretario ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Pablo Abräo, quien está en Managua en verificación de violaciones de derechos humanos, denunció que “grupos armados progubernamentales apoyados por la policía entran en las ciudades de manera masiva”.
“Tiroteos y ráfagas de bala. Ayer en Matagalpa. Ahora alrededores de Jinotepe y Diriamba. El Estado está incumpliendo su deber de desmantelar las turbas”, dijo Abräo en su cuenta en Twitter.
Obispos de la Iglesia católica pidieron a los pobladores proteger sus vidas y llamaron a que se detenga la violencia, que deja más de 230 muertos en casi tres meses de protestas contra Ortega.