Son muchas las personas que quieren estar y ser felices en la vida, pero muy pocas se detienen a reflexionar sobre el significado y naturaleza de este anhelo universal.
El próximo 20 de marzo se celebra el día internacional de la felicidad (decretado por resolución de la Organizació de Naciones Unidas (ONU) en el 2012), fecha que nos hace una invitación y atento recordatorio a que hagamos un alto para abordar el tema de la felicidad y dialogar sobre su importancia e impacto en el bienestar, calidad y satisfacción de vida no solo a nivel individual, sino también a nivel familiar, comunitario, de la sociedad, los gobiernos, a nivel nacional y a nivel mundial.
A pesar de los grandes avances de la humanidad en diferentes escenarios, en las últimas décadas se ha visto un aumento en casos de estrés, depresión y/o ansiedad. Mucha gente vive infeliz.
El mundo es volátil y complejo, el ritmo de vida muy vertiginoso, las problemáticas sociales, educativas, políticas, etc. están muy presentes cada día, sumando la soledad, la confusión y los duros desafíos en la carrera por alcanzar prosperidad y riquezas. Lo anterior hace que la felicidad queda rezagada en un último plano. Hay algo más preocupante: muchas veces la búsqueda de la felicidad se concentra en algunos aspectos que no necesariamente nos dan la felicidad genuina: lo material, el éxito, el prestigio, la perfección, la buena vida (que no es lo mismo que la vida buena), el vivir por vivir y de manera muy despreocupada, entre otros aspectos. Esa exclusiva búsqueda es equivocada. Mucho más que tener y hacer, la felicidad genuina se encuentra en el ser… dentro de uno mismo.
La felicidad es una combinación entre llevar una vida placentera, una vida comprometida y una vida significativa.
Para que las personas florezcamos y funcionemos de manera óptima requerimos desarrollar el arte de vivir felices. También resulta crucial que aprendamos a afrontar con serenidad y valor las múltiples dificultades que se nos presentan en el camino de la felicidad, para así dirigirnos plenos hacia un mejor futuro, siempre con optimismo y sin perder la esperanza ni la fe. Y por supuesto, contar con una formidable red de apoyo familiar y de amistades.
El bienestar y la felicidad son objetivos humanos fundamentales valorados y deseados por todos. En este día hagamos nuestro mejor esfuerzo para comenzar a realizar acciones que nos acerquen a esa genuina felicidad que nos llene de dicha, agradecimiento, gozo, amor y paz. Las personas felices logran darle un sentido de máxima realización a su existencia.
Deseo que no solo pases un feliz día internacional de la felicidad, sino que la felicidad, esa que mereces encontrar, crear y conquistar, siempre te acompañe.
Vivamos felices de la vida.
El autor es promotor de bienestar y felicidad.
