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Arturo Sucre Pereira y el 11 de octubre de 1968

Una noche lluviosa, hace hoy cincuenta años, llegó un patrulla de la Guardia Nacional a la casa del abogado Arturo Sucre Pereira. Traía un mensaje de su amigo y condiscípulo de la Escuela Normal Juan Demóstenes Arosemena de Santiago de Veraguas, el coronel Omar Torrijos Herrera: “El coronel Torrijos dice que se presente a la Comandancia inmediatamente; lo necesita allá, así se expresó capitán mensajero”, le comunicó a su esposa Elisa García viuda de Sucre, madre de Arleen, Arturo, Anette y Abelardo Sucre García.

Salió rumbo a la avenida A, en El Chorrillo (a pesar de una fuerte gripe que padecía), donde estaba la Comandancia de la Guardia Nacional. Le impresionó el despliegue militar y al final llegó a la oficina de su amigo Omar, quien le dijo: “Arturo, métete en esa oficina, ahí está Mate y los abogados”, entró y se encontró a su compadre y también condiscípulo de la Normal, Dr. Juan Materno Vásquez, ni lo saludó para no interrumpirlo, cuando le dictaba a un sargento que trascribía en una máquina Underwood (mecánica) a una gran velocidad, lo que sería una demanda ante la Asamblea Nacional para juzgar al presidente Dr. Arnulfo Arias Madrid, posicionado el 1 de octubre de ese año (solo habían transcurridos 11 días). Sucre, al oír los argumentos y motivaciones jurídicas; le dijo: “compadre, acabo de hablar con Omar y me dijo que esto es un golpe de Estado y que ellos tienen el control del país; así que esa demanda no cabe aquí , está gente (los militares encabezados por el mayor Boris Martínez y el coronel Omar Torrijos Herrera) deben amanecer con algo que norme un poco lo que han hecho”. Así nacen los estatutos que le dieron visos de legalidad al rompimiento del régimen constitucional, que se dieron esa noche, cuando inició el proceso revolucionario militar que terminó la noche del 20 de diciembre de 1989, con la indeseada invasión de los Estados Unidos a nuestro país.

Estos pasajes históricos los contaba mi tío Arturo Sucre Pereira, hermano de mi padre José María y otros nueve hermanos (as) hijos de Abelardo Sucre Castillo y de Teodolinda Pereira, nacidos y criados en El Cristo de Aguadulce, desde donde Arturo viajaba a Santiago de Veraguas para ser maestro; ahí conoció a Omar, junto a Materno Vásquez, e Iván Tejeira Quirós, sus colegas abogados. Contaban ellos y yo escuchaba que Omar era muy inquieto y poco aplicado, razón por la cual no terminó el magisterio, se fue a El Salvador donde terminó la carrera militar. Pero la amistad con ellos se mantuvo, Arturo Sucre Pereira fue vicepresidente de la República, junto al presidente Demetrio Basilio Lakas, basados en la Constitución de 1972.

El autor es médico veterinario y exministro de Desarrollo Agropecuario.



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