A pesar de la generalizada creencia de que estamos en un momento muy malo de la historia y retrocediendo, una impresionante lista de logros de la humanidad que llegó a mis manos, prueba lo contrario. Por ello, dedico mi primera columna de 2019 a la esperanza, que para el desencanto siempre sobra tiempo.
En temas ambientales, las buenas noticias incluyen aumentos de la población de especies en peligro de extinción, como los tigres de Nepal, los jaguares de México o los gorilas de Centroamérica. Igualmente, las anulaciones de concesiones mineras en la Amazonía ecuatoriana, el descenso de la deforestación en Indonesia, la prohibición de nuevos cultivos de plantas aceiteras en Malasia, la masiva reforestación realizada en Nigeria, o la creación y aumentos de áreas protegidas en Colombia y Canadá.
Los océanos no se quedaron por fuera de las buenas nuevas. España se comprometió a crear una reserva marina de ballenas y delfines en el Mediterráneo; Chile aprobó nueva legislación para proteger su costa, al igual que Nueva Caledonia y las islas Seychelles, mientras la barrera de corales de Belice salió de la lista de sitios en peligro de la Unesco. Además, el Acuerdo de París sobre los océanos para evitar la sobrepesca fue aprobado en 2018 después de 10 años de debate.
Otros temas ambientales incluyen cambios importantes en producción y tecnología, como el notable aumento en la producción global de energía limpia, que pasó de 8 WG a 10 mil en 10 años; el cierre de plantas y minas de carbón hasta en Estados Unidos, a pesar de Donald Trump, y lo que parece ser una creciente conciencia de sectores de la economía sobre la necesidad del cambio. Y como el cuidado del planeta necesariamente pasa por el consumo, los mileniales están logrando un gran impacto, al reducir en 70% el consumo de carne de res.
La inagotable creatividad humana ha estado trabajando sin cesar para afrontar el gran reto de la basura, lográndose que nuevos métodos de reciclaje se extiendan por el mundo, especialmente con el dañino plástico. Hasta el momento, existen 32 países, incluyendo Panamá, que prohíben el uso de bolsas plásticas. Sin embargo, basta una mirada a nuestros ríos, mares y barrios, para dejar en evidencia lo mal que está Panamá en el tema de la basura.
Los avances en los temas vinculados a la salud son también impresionantes. En África incluyen la reducción de la malaria en Tanzania, avances en salud oftalmológica en Ruanda y reducción de enfermedades vinculadas a las lombrices en Kenia. En India, descendió la mortalidad de las embarazadas; Bangladesh redujo la mortalidad infantil; China logró una reducción de las enfermedades respiratorias, mientras Paraguay erradicó la malaria.
En relación al VIH, los índices de infestación global se han reducido en 16% desde 2010 en los adultos y 35% en los niños. Al respecto, Malasia se convirtió en el primer país del Pacífico occidental en reducir la transmisión de madres a hijos, y en Sudáfrica, el lugar donde existe la población de más personas infectadas con VIH, los nuevos casos se han reducido en 44%.
Nosotros probablemente no contamos en las estadísticas mundiales, pero trágicamente, nuestros números sobre VIH van en aumento. Lo mismo con otras enfermedades infecciosas como sífilis, tuberculosis, hanta, dengue y sika. Vamos a contracorriente y eso es muy grave.
En relación con los derechos humanos, las buenas noticias incluyen la reducción de la ablación genital en África; la decisión de la Corte Suprema de Costa Rica en materia de matrimonio igualitario; decisiones judiciales de Trinidad y Tobago, India y Líbano que eliminaron normas que criminalizaban la homosexualidad, y muchos esperanzadores ejemplos más por todo el mundo.
Lo cierto es que, aunque las noticias que vemos cotidianamente parecen contradecirlo, en estos días hay menos pobres en el mundo. La democracia se expande, aunque la nuestra requiere ser fuertemente apuntalada; se extiende la paz, se reducen los crímenes y aumentan los avances científicos para beneficio de la humanidad.
Así entramos al nuevo año con un mundo que avanza, y con una lista enorme de pendientes por nuestra parte. Para no quedarnos atrás requerimos educación, ciencia, tecnología, institucionalidad… y ética. Feliz 2019.
La autora es periodista, abogada y presidenta de la Fundación Libertad Ciudadana