La biología sintética (Synbio) es una nueva disciplina que une los conceptos de biología e ingeniería con el objetivo de diseñar, construir y crear sistemas biológicos estándares a partir de información biológica representada en genes que se usan a manera de ladrillos en una construcción genética. Esta disciplina tiene muy poco tiempo y ha evolucionado mucho más rápido que la adopción del auto mecánico en los años 20.
En este proceso de innovación, la Synbio ha abierto las puertas a nuevas formas de modificación genética, disminuyendo los tiempos de desarrollo y ahorrando recursos mediante técnicas mucho más eficientes y precisas que las convencionales. Por ejemplo, muchos investigadores han trabajado en la detección y control de cáncer y otras enfermedades utilizando la reprogramación de bacterias o levaduras que solo afectan las células cancerígenas.
En 2017, Panamá reportaba 22 enfermedades raras que incluían varias de origen genético, sin cura directa. En un futuro, mediante las técnicas de edición genómica se podrían generar soluciones a algunas de ellas. Esta nueva disciplina permite realizar modificaciones genéticas a sitios específicos dentro de los genomas. Restringir la edición del genoma podría detener el avance en la cura de enfermedades raras, la productividad en nuestros campos, la conservación de especies, la erradicación de especies invasoras y el impacto de contaminantes en los ecosistemas, todos afectados por el cambio climático.
Países como Argentina han entendido que es preciso poseer una regulación acorde con el avance de estas disciplinas. Sin embargo, Panamá -que es parte del Protocolo de Cartagena de Bioseguridad del Convenio de Diversidad Biológica -, sigue discutiendo la bioseguridad de los organismos genéticamente modificados que por más de 20 años han estado siendo utilizado en todo el mundo con altos beneficios económicos y sociales para los países que tienen producción.
Panamá posee una reserva genética inmensa en nuestros bosques y enfrentamos graves problemas en sectores de la alimentación y la calidad ambiental. Es allí en donde debemos enfocar nuestro trabajo: en aumentar la investigación de estas técnicas no solo en medicina, sino también en agricultura y darle las tecnologías necesarias para que nuestros productores puedan competir con los productos de alta calidad extranjera.
El autor es microbiólogo e investigador de la Universidad de Panamá, miembro del movimiento Ciencia en Panamá.