Este país ha exigido muy poco de sus ciudadanos a cambio de muchas bondades. Israel tuvo que socavar de la arena el sustento. Haití e Indonesia no logran defenderse de catastróficos desastres naturales.
Pero aquí, donde pareciera caer maná del cielo, donde no enfrentamos los retos del cambio de estaciones, donde nos esquivan los huracanes y los tsunamis, donde nos anudamos a dos océanos creando un paso dorado rentable, y jugoso comercio mundial, cerramos la última página de 2018 abochornados: nos hemos torcido, moral y políticamente, y debilitado económicamente. Hasta sufrimos un vergonzoso deterioro de nuestra imagen a nivel mundial.
Es difícil saber desde cuándo perdimos el rumbo, si siempre hemos estado mal gobernados y, si como con las bolas de nieve, el detritus político y moral se fue acumulando y acrecentando, período presidencial tras período presidencial, con breves e infrecuentes excepciones hasta llegar a donde estamos, agobiados por la podredumbre institucional, y víctimas de monumental piratería del Tesoro Nacional.
Adolecemos de insuficiencias en los pilares fundamentales para una nación con futuro: educación, protección de la salud, seguridad y alimentos a precios accesibles. Y ante todo, instituciones democráticas que funcionen.
¿Son estas, acaso, situaciones insuperables?
Sabemos la respuesta: se resuelven con gobernantes capaces y honrados.
El año que nace, 2019, nos brinda esa oportunidad. ¡Elegir al presidente correcto, a un buen gobierno!
Antes de que lleguen los invitados el 31, hagamos una promesa: el panameño que irá a las urnas en 2019 no será igual al que desperdició su voto tantas veces. No escucharemos el canto de sirena que vocean los candidatos; en vez, preguntaremos cuál fue su derrotero antes de llegar aquí.
Ya no somos adolescentes para que compren nuestra conciencia. El voto es el acto cívico y democrático más importante de que disponemos, de donde surge el progreso y cómo eliminamos la basura política.
¡Despierta, Panamá! Tenemos una importante cita en mayo para adecentar la patria.
La autora es escritora