Pero qué maravilla que se pretenda construir la nueva Facultad de Medicina a un costado de la Ciudad de la Salud, y del Instituto Oncológico Nacional en el antiguo Campo de Antenas de Chivo-Chivo, como un excelente complemento educativo. Ello, en la práctica, nos coloca como país a nivel de los centros hospitalarios más avanzados, que ligan la docencia, con la participación efectiva de los estudiantes en el uso de las facilidades nosocomiales.
El arquitecto-urbanista, designado por el Gobierno, efectuó con diligencia ante el Ministerio de Economía y Finanzas toda la documentación para lograr un polígono de 3.5 hectáreas para la construcción de la anhelada facultad. Dentro de los pliegos, se incluía el estudio arqueológico, debido a que se sospechaba la pervivencia aún de vestigios del histórico Camino de Cruces.
El arqueólogo contratado llegó a la conclusión, y así lo señala en el resumen ejecutivo sobre el informe elaborado por él, que si bien es cierto, y cito textual, que el “Camino de Cruces como ruta histórica propiamente dicha no cuenta con una declaratoria de ley como monumento histórico nacional”. Sin embargo, todos los elementos que lo componen están protegidos como restos arqueológicos por la Ley 14 de 1982. Las fuentes coinciden en indicar que el Camino de Cruces atraviesa el Campo de Antenas de Chivo-Chivo, de sur a norte. Los restos arqueológicos observados se encuentran pobremente conservados y requieren trabajos de primeros auxilios y conservación. Dadas las características del terreno y el mal estado de conservación de los restos observados, consideramos que una vez se registre la información pertinente mediante trabajo de campo y análisis, no habrá impedimento para la realización de proyectos de interés social u de otros desarrollos compatibles en el área. Fin de la cita.
Cuando nos enteramos por coincidencia de ese informe, procedimos a localizar al arqueólogo y le llevamos de recorrido al área del Campo de Antenas de Chivo-Chivo, y le mostramos la visible secuencia del empedrado del histórico Camino de Cruces. Recuerdo nítidamente las palabras del arqueólogo. “Esto es un hallazgo de primer orden. Yo desconocía este empedrado”. Ahora le corresponde a usted, así le increpé, hacer las dispensas correspondientes ante las autoridades. Nada se hizo al respecto. Para el Camino de Cruces se inicia ahí el calvario de su destrucción.
La empresa española FCC, una vez enterada por nosotros, modificó los planos constructivos de la obra bajo su responsabilidad, colocando letreros y vallas naranjas de protección. El Merca Panamá le pasó tractor al empedrado. Ahora, la Facultad de Medicina, ignorando la existencia del Camino de Cruces, pretende construir el complejo sobre la compactación pétrea de los cantos rodados que tapizan el suelo de siglos de existencia. Afortunadamente, en múltiples reuniones de trabajo con el decano de la Facultad de Medicina, doctor Enrique Mendoza, Patrimonio Histórico, la Alcaldía de Panamá, el Minsa, la Caja de Seguro Social, el Ministerio de Economía y Finanzas, la Unidad Administrativa de Bienes Revertidos, Ministerio de Ambiente, y demás actores, se acordó proteger la integridad y conectividad del histórico sendero. Esperamos en nombre de la sacrosanta historia colonial de Panamá, que la Facultad de Medicina y la empresa que se gane la licitación respeten el histórico camino y que no sea destruido por efectos de construcción. Patrimonio Histórico, entonces, llegó la hora. “A defender la historia. Viva Panamá”.
El autor es explorador y conservacionista.
