Desde mediados del siglo XVI, el istmo de Panamá ha sido punto de tránsito estratégico para personas y mercancías, definiendo -de manera natural- su vocación como hub logístico. Esta vocación ha evolucionado desde los caminos de piedra originales en la era colonial a la construcción del primer ferrocarril interoceánico de las Américas y del Canal de Panamá, hasta culminar en el conglomerado con que contamos hoy, con el Canal como eje estructurador, complementado y fortalecido por un sistema portuario de clase mundial y una plataforma de servicios altamente diversificada.
La innovación disruptiva que ha caracterizado los sistemas tecnológicos y económicos globales ha transformado la manera en que las empresas estructuran sus cadenas de valor y transportan los bienes que consumimos. Esto ha incidido sobre la industria logística global al generar presiones competitivas que demandan fluidez en el movimiento de mercancías e información, agilidad en los procesos que regulan las transacciones físicas y digitales.
Nuestro país, con un tercio de nuestra economía ligada directa o indirectamente a la actividad logística, está tomando acciones para que los diversos sectores -público, privado y académico- apoyen en esta modernización del conglomerado, con una Estrategia Nacional Logística como guía. Aun así, una verdadera dinamización del sector demanda un enfoque en innovación y en desarrollo del capital humano, que es nuestro activo más importante. Nuestro rol como articulador intersectorial nos ha permitido participar activamente en iniciativas innovadoras, pero reconocemos que el camino apenas comienza. Nos toca enfrentar los desafíos de nuestro sector de manera colaborativa, interdisciplinaria, con decisiones basadas en hechos y la mira siempre en el futuro. Sin embargo, lo que nos ayudará a mantener esa relevancia y a generar un desarrollo económico y social sostenible no será esa circunstancia geográfica, sino nuestra capacidad de responder con rapidez a las necesidades de un mercado cambiante y de explotar nuestro conocimiento colectivo para crear productos y servicios diferenciados que aprovechen la plataforma que tantas décadas nos tomó desarrollar. Esta evolución de Panamá hacia constituirse en un verdadero hub global de servicios logísticos ya está en marcha, y requiere el apoyo de todos.
El autor es director del Centro de Innovación e Investigaciones Logísticas Georgia Tech Panamá y miembro del movimiento Ciencia en Panamá.