Si algo debe quedar claro y sin ninguna duda es que el país es de todos los panameños y no de nadie en particular. E igualmente claro, que las leyes deben cumplirse, porque si no es así, lo que deviene es el caos. Y precisamente, pareciera que es eso lo que está ocurriendo. De manera que interpretar la norma de manera personal o al calor de cualquier acto trascendente no es lo correcto y más si se trata de quienes por la investidura del cargo que ocupan, deben cumplir fielmente con las legislaciones del país.
La posición asumida por el primer mandatario del país, a raíz de las críticas y de las posiciones de ciertos gremios, principalmente empresariales frente a la declaratoria de un día libre por la inclusión de Panamá en el próximo Mundial de fútbol motiva a la preocupación. No se trata de regatear nada y más cuando lo ocurrido es ya un acontecimiento histórico para Panamá, pero sí de observar a la luz del ordenamiento legal lo que al respecto se plantea. No cabe duda de que el pueblo recibió con agrado la decisión del mandatario, no así quienes sintieron la afectación por el cese laboral.
Frente a ello, lo conducente era una explicación sosegada y fundada en razones y no en posiciones de arrogancia que en nada contribuyen a la tranquilidad social.
Decir que lo hizo y que lo volvería hacer, no puede ser la posición de quien está llamado a dirigir el país. Aquí, ni en ningún lado, las posiciones de fuerza son bien vistas, y en muchos casos rechazadas de la misma manera en que fueron adoptadas. El buen líder convence, conduce, respeta y construye consensos. No impone nada.
Por otro lado, la Ley 108 de 8 de octubre de 1973 estableció la sanción de 1 a 5 dólares a todo aquel que no portara su cédula de identidad personal, esta norma fue reemplazada por la Ley 68 del 2 de noviembre de 2015, la cual señala que no hay sanción a quienes no mantengan la cédula de identidad personal y tampoco habrá conducción por esta situación. Para los entendidos en materia jurídica, esa infracción está en la esfera de una falta administrativa y no de un delito, por lo que la Policía Nacional no puede proceder a la detención y conducción de nadie.
Ante esto, el director de la Policía Nacional planteó que continuarán con las verificaciones con el pele police y con las conducciones a quienes no porten la cédula de identidad personal. Esto no es correcto.
Para nadie es un secreto que el país está en manos de la violencia y de la delincuencia y que los responsables de salvaguardar la vida, honra y bienes de los ciudadanos deben establecer mecanismos para ello. Pero no se puede proteger ni defender nada desconociendo las normas. Lo correcto es ajustar las leyes existentes para darle un soporte de legalidad a las acciones de quienes tienen la responsabilidad de gobernar.
El país no tiene dueño y el panameño no puede ser tenido por borrego. El respeto se edifica, pero de ninguna manera se impone, porque la violencia también se da cuando se desconocen las normas, llamadas a ser cumplidas principalmente por los que gobiernan.
El autor es docente universitario
