La escuela José Pablo Paredes es uno de los 200 planteles que se animó a participar en el Concurso Nacional por la Excelencia Educativa (CNEE), en el mes de agosto. Este centro logró pasar a la fase 2, un acontecimiento que los emocionó, como comunidad, y que les ha significado, al igual que a otras 99 escuelas en todo el país, un verdadero reto a sí mismas.
Dicha escuela está ubicada en Rana de Oro, corregimiento de Pedregal. Es un centro de apenas nueve aulas, pero con una matrícula que supera los 570 alumnos. La profesora Irina Aguilar, durante 24 años, sirvió como maestra en diferentes regiones de la geografía panameña y ahora dirige la escuela. Al conversar con ella, se percibía emoción cuando comentaba su sorpresa al ver el nombre del plantel en la fase 2. “Somos una escuela chiquita, con un corazón grande. No hay peor esfuerzo, que el que no se hace. Sabemos que hay deficiencias, pero las volveremos fortalezas. No debemos tener miedo a la evaluación”.
Precisamente, esa es la actitud que se necesita en quienes llevan adelante el compromiso de formar a nuestros jóvenes. Ese liderazgo propició el trabajo en equipo y un clima de sinergia para que directivos, docentes, estudiantes y padres de familia se volcaran a prepararse para su participación en la prueba del pasado 6 de octubre, en la que se medía lo básico en matemáticas, lenguaje y ciencias.
La responsabilidad con la que se llevó a cabo ese evento, evidencia lo fundamental que son el accionar mancomunado y el sentido claro de la importancia de la labor que desarrolla cada miembro de un equipo, al trabajar por una meta común. Esos factores son determinantes para que nuestros chicos se den cuenta de la responsabilidad que tienen, como ciudadanos y futuros profesionales de este país.
Para que el concurso se desarrolle con excelencia, se ha necesitado engranar los esfuerzos de un número importantísimo de personas, entre directivos de la fundación, evaluadores, voluntarios, aplicadores, observadores, docentes y estudiantes. Cada uno de ellos se ha entregado al máximo y ha disfrutado su papel, lo que ya es el inicio de este camino a la excelencia que queremos recorrer.
En el caso de la escuela José Pablo Paredes, en la que tuve la oportunidad de servir durante la aplicación de esa primera prueba, se cumplió a cabalidad el proceso: la directora preparó con unas palabras motivadoras a los chicos antes de iniciar la medición de conocimientos. Acto seguido, con total transparencia, la aplicadora Ruth Campos, del Ministerio de Educación (Meduca), procedió a abrir el paquete que contenía las pruebas ante la mirada atenta del observador Alcibiades Villarreal, del Club Activo 20-30 Panamá Noreste.
Tras las dos horas y media que duró la prueba, los estudiantes manifestaron que se sintieron bien, algunos señalaron que estaban contentos de representar a su colegio en este reto. Alexander Jesús Rivera fue el primero en terminar. Reconoció que la parte de ciencias sociales le costó más. También, hablé con Jonathan Navarro Quintero, quien dijo que la prueba le pareció difícil, principalmente, en lo relativo a matemáticas y, entre risas, aseguró que hasta dolor de cabeza le dio.
¡Qué emocionante es ver a estos jóvenes participar en un proceso que tiene como meta alcanzar la excelencia!
Este concurso surgió por el interés de la sociedad civil en el tema educativo y la claridad que existe en la premisa de que el futuro de nuestro país está directamente ligado a la calidad de la enseñanza y a los procesos de aprendizaje de nuestros estudiantes.
La bandera del concurso es demostrar que todos estamos llamados a transitar el camino de la excelencia y que, aun cuando nos demos cuenta de que falta mucho por recorrer, hay que iniciar por la toma de conciencia sobre este tema y enfatizar que es tarea de todos.
A finales de este mismo mes, se llevará a cabo la fase 3. Durante su desarrollo, los 22 finalistas que superen las pruebas de la fase 2 volverán a medirse para seleccionar, finalmente, a los ganadores del concurso.
Felicito a los organizadores, a los aplicadores, observadores, directores de los planteles, docentes y estudiantes que forman parte de esta iniciativa, cuyo propósito es sentar las bases para un Panamá más próspero.