@Martinelli o los ‘tuits’ de ahorcado: Paco Gómez Nadal

@Martinelli o los ‘tuits’ de ahorcado: Paco Gómez Nadal


Ricardo Martinelli tiene un avatar. Su amigo Álvaro Uribe también. Este último ha denunciado a través de su cuenta en Twitter: “Persecución política/Santos hizo coincidir declaración de Zuluaga con revocatoria de Interpol a María del P. Hurtado”. Según él lo ocurrido con la chuzadora colombiana es fruto de un “mantoneo de [Juan Manuel] Santos y el extremoizquierdismo”. Es decir, cuando Uribe estaba en el poder era legal chuzar teléfonos, hostigar a los defensores de los derechos humanos, financiar a grupos paramilitares o calumniar a todo aquel que estuviera en su contra. Desde la otra orilla, sin el aparato del Estado de su lado, todo se convierte en persecución política, vendetta y arbitrariedad.

El avatar de Uribe anda revuelto porque en los mismos días su mujer de confianza y su candidato de cartón piedra (Zuluaga) están encartados con la justicia. Santos, que carga con falsos positivos y otros delitos de lesa humanidad, ahora está en el poder y, por tanto, la ley está de su parte.

El avatar de Martinelli llora por el mismo ojo y, ante la perspectiva de un ahorcamiento judicial, da tuits de ahorcado mientras busca refugio en su segunda patria, Italia, en donde, imagino, aprendió las técnicas mafiosas de su gobierno. Escribe Martinelli sin pudor: “Yo espero que en Panamá se respeten los hábeas corpus porque hasta eso lo dilatan y politizan. No hay debido proceso ni justicia ni garantías”. E insiste: “Esto es político y venganza. Solo pido el debido proceso”.

Debido proceso, debido proceso… Martinelli habla ahora de Panamá como si no fuera su país o como si él no hubiera corrompido sus estructuras hasta el tuétano durante sus cinco años de locura y expolio. Panamá ya no es su finca, sino un territorio hostil donde, en lugar de levantar monumentos en su memoria, se inician procesos judiciales en los que él es el sospechoso principal. El cerco se cierra y él se dedica a poner distancia y a incendiar a través de las redes. Uribe, que sufre de males similares, no ha huido (de momento). Eso lo apunto a su favor. Como pirómano, el expresidente colombiano es bastante más habilidoso y peligroso que el empresario enloquecido.

Debido proceso es lo que quisieron tener muchas personas durante su mandato. Es más, algunos seguimos esperando la resolución de un hábeas corpus interpuesto hace cuatro años largos… No seré yo el que hable del Órgano Judicial como de una instancia confiable al 100%, pero es difícil que Martinelli dé lecciones de legalidad o institucionalidad a nadie en Panamá. El Presidente que utilizó el chantaje, la amenaza y la calumnia como herramientas de gestión debería tener ahora el proceso más limpio, todas las garantías a su servicio, para que aprenda una lección: no debería hacer falta torcer el sistema para agarrar a los corruptos.

Como muchos panameños, me alegro de que la justicia se haya puesto en marcha, pero sigo sin comprender por qué son los económicos los únicos delitos que se persiguen, que movilizan a la población y que ofenden a la moral. Martinelli, Mulino e incluso algunos altos funcionarios del actual Gobierno (que lo fueron del anterior también) tienen pendientes temas aun más lacerantes. Las violaciones de derechos humanos que se cometieron desde el primer día del gobierno Martinelli-Varela siguen engavetadas, olvidadas por la justicia y por una parte de la opinión pública. Si resulta escandaloso el robo planificado del PAN o las escuchas telefónicas, debería ser una herida abierta y vergonzante para la sociedad que nadie haya pagado judicialmente por los heridos y muertos de Changuinola, de San Félix o de Colón, que nadie se haya sentado en el banquillo por la persecución a sindicalistas o activistas, que nadie haya explicado de dónde salieron las órdenes que provocaron el desorden… Otra herida sangrante debería ser la de las concesiones, informes de impacto ambiental manipulados y demás patrañas que supusieron la mala venta del país a especuladores nacionales e internacionales.

Insisto en mi tesis de que Martinelli, una vez más, consigue que todo orbite a su alrededor y que una espesa cortina de humo proteja al resto de canallas que también han provocado un daño estructural a Panamá.

No hay que irse muy lejos. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Panamá aseguraba el 19 de noviembre de 2010 que, “tras haber analizado cuidadosamente” la solicitud de asilo presentada por María del Pilar Hurtado, había decidido “concederle asilo territorial” a la exdirectora del DAS colombiano. No sé si recuerdan quién era ministro de exteriores el 19 de noviembre de 2010. Yo sí. Igual que algunos de los diputados con más sospechas de corrupción salen con pancartas en contra de los corruptos, algunos de los responsables de las arbitrariedades y desmanes de los gobiernos anteriores son ahora los adalides de la moral. Mientras la realidad nacional se juegue en Twitter, tendremos que conformarnos con explicarnos todo en el estrecho margen de los 140 caracteres.

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