En estos momentos escucharemos propuestas de nuestros candidatos, como aquella que prometió un político de hacer un puente y cuando sus electores le comentaron que no había río, este dijo, no importa, hacemos el río. Medicina garantizada está lejos de ser una estrategia para resolver el problema de la falta de medicamentos en la Caja de Seguro Social y probablemente no hemos medido las consecuencias que pudiese tener una medida de esta naturaleza.
Siendo la gerencia el principal problema de la CSS, como ya hemos reiterado en otros escritos, es probable que se repita la experiencia de las farmacias y camas subrogadas, que consistía en servicios que prestaba el sector privado y que luego la CSS les pagaba.
Este servicio fracasó porque la Caja no es un buen pagador y porque algunos hospitales del interior cerraron operaciones y otros se redujeron a su mínima expresión, porque se descapitalizaron al no recibir sus pagos a tiempo.
En Aguadulce hubo un hospital privado que cuando las auditorías médicas recomendaron que este sistema era insostenible, simplemente al poco tiempo cerró operaciones. Similar experiencia ocurrió en Santiago de Veraguas, donde no podía cumplir con sus obligaciones financieras por las deudas del Seguro Social. Imaginemos a los pueblos pequeños, donde las farmacias ofrecen un servicio social y no reciba sus pagos a tiempo, el resultado es que desaparecerían, porque se quedarían sin capital de trabajo para restablecer sus inventarios.
Esta medida es táctica en cuanto que resuelve momentáneamente un problema que es recurrente en la CSS, de manera que necesita una solución estratégica, que significa erradicar las causas del problema, porque si el medicamento existe en las farmacias privadas, por qué razón no existen en los servicios de salud públicos.
La estrategia correcta sería que un candidato a la Presidencia se comprometa a que todos los medicamentos estén en las farmacias públicas y no someter al paciente, que luego que hace interminables filas para obtener el medicamento, tenga que desplazarse a una farmacia privada, porque hay desabastecimiento.
Como los sistemas de la Caja son vulnerables y con una gerencia deficiente, es probable que estemos abriendo una posibilidad de procesos corruptivos. Aumentaría el costo de los medicamentos, si se paga a tiempo, beneficiarían a los distribuidores de medicamentos, quienes tienen la capacidad de provocar desabastecimiento para que las farmacias privadas sean los dispensadores. No podemos descartar el juega vivo, gente inescrupulosa que se la ingenie para conseguir recetas de medicamentos que luego la puedan convertir en dinero efectivo, y esto sería posible si no se resuelve el tema de gerencia.
La propuesta, aunque bien intencionada, no resuelve el problema, más bien abre las posibilidades de aumentar los costos, pero como hay dinero, quizás esto no tenga importancia.
El autor es especialista en sistemas de salud.