La reciente renuncia del director administrativo del Complejo Hospitalario Metropolitano de la Caja de Seguro Social, se dirige al director ejecutivo nacional de Finanzas y Administración, lo que deja entrever que jerárquicamente depende de este, lo que se opone a la horizontalidad que debe existir en una organización tan compleja como esta, en la que debe haber un concepto de unidad de dirección, con todas las unidades administrativas que sean necesarias para un proceso de gestión.
Los hospitales públicos han heredado un modelo de gestión que se remonta a aquellos tiempos en los que no existían suficientes recursos humanos, las organizaciones eran pequeñas y se justificaban organizaciones verticales, porque no había la posibilidad, a manera de ejemplo, que los hospitales tuvieran un administrador calificado.
La tendencia moderna es que las organizaciones tengan sus unidades administrativas en el escenario donde se deben tomar decisiones y que por supuesto, haya un concepto de unidad de dirección, es decir, que la responsabilidad recaiga en quien dirige la institución.
La connotación que tiene cuando hablamos indistintamente de Dirección Médica y Dirección Administrativa en los servicios de salud, crea una dicotomía en dos componentes que deben ser complementarios entre sí, y por supuesto, deben ser interlocutores válidos y crear una unidad administrativa que consolide ambas funciones, como podría ser una dirección general, en el caso del Complejo Hospitalario Metropolitano.
Ejercí el cargo de administrador del Complejo Hospitalario, y siempre me sentí supeditado al director médico, entendía que era el responsable de la institución, y mi función era en alguna medida apoyarlo en su gestión. Debido a mi formación, tenía la capacidad para intercambiar opiniones con los médicos y encontrar los puntos de equilibrio que son buenos en cualquiera organización.
Como docente universitario, diseñé los diplomados en Administración de los Servicios de Salud y Gerencia de Hospitales, y cuando los dictamos a los funcionarios del Minsa y la Caja de Seguro Social, lo más curioso fue que hubo poca participación de los administrativos, la mayoría eran odontólogos, enfermeras, médicos y otros, llegando a la conclusión de que el entorno no obliga a los administrativos a superarse y que no están dispuestos a abandonar su área de confort para hacer las cosas diferentes.
Le sugerí a uno de los directores que los ejecutivos de la institución tuviesen una formación complementaria en administración de servicios de salud, y que los que ejercen estas funciones tuvieran un tiempo prudencial para adquirir esta formación, tal cual como se hace en las universidades, donde los docentes deben tener créditos en docencia superior. Este es un tema en el que por razones de espacio debemos limitarnos, pero para concluir les relato la experiencia de una franquicia de hospitales americanos, que financió hospitales en Venezuela y como condición le exigió al Gobierno venezolano que si pretendía continuar con el modelo de que los médicos dirigieran los hospitales, tenían un periodo de cinco años para formar médicos en gerencia de hospitales.
El autor es especialista en Administración de Servicios de Salud