En Panamá, los jóvenes que no trabajan ni estudian (ninis) y los trabajadores informales son comúnmente estigmatizados y asociados a comportamientos cuasidelictivos, sobre la base de la ignorancia popular y percepciones creadas a través de los medios, muy poco sustentada en hechos y estadísticas reales.
¿Qué es un nini? El término estadístico proviene de la ecuación: población total para una franja de edad determinada, menos población ocupada, menos población que asiste a un centro de enseñanza, igual a población que no trabaja ni estudia (nini). Pero para muchos, es un joven (masculino) holgazán e irresponsable, “parásito” de sus padres, personificado por el famoso personaje del programa de TV La Cáscara.
La realidad es que casi el 70% de los ninis panameños de 15 a 29 años de edad son mujeres, de las cuales el 13% está buscando trabajo y el 36% debe asumir responsabilidades familiares o no tiene con quién dejar a sus niños pequeños, lo cual les dificulta buscar empleo.
¿Qué es un trabajador informal? Hemos trivializado la informalidad a un tema de “buhoneros y extranjeros”, pero bajo esta denominación se categoriza a “todos los trabajadores que no tributan sobre la renta devengada en el empleo informal y sin acceso a la seguridad social. Esto incluye a los empleados de empresa privada sin contrato de trabajo, trabajadores independientes, patronos cuyas empresas cuentan con menos de cinco empleados, personas que prestan servicio doméstico y trabajadores familiares”.
Este esquema está basado en estándares internacionales de la Organización del Trabajo (OIT), que define la informalidad como “empleo no protegido” y asocia trabajo formal a vinculación laboral y cotización a la Caja del Seguro Social (CSS).
Es decir, los profesionales universitarios que prestan servicios a través de honorarios profesionales tienen Aviso de Operación, pagan impuestos y cotizan ante la CSS, al igual que los microempresarios con menos de cinco empleados, son clasificados igual que buhoneros y empleadas domésticas.
La manera como medimos dificulta diferenciar entre “emprendimiento de oportunidad” e “informalidad por necesidad”.
La era de los mileniales es la era del emprendimiento. En Panamá, los trabajadores no asalariados aumentaron 25 veces su protagonismo en la expansión del empleo en la última década, mientras que el número de empleados asalariados del sector privado en la estructura del empleo perdió 3 puntos en los últimos 5 años.
En 2015, 42 millones de estadounidenses eran independientes y su número se quintuplicará para 2020.
Hoy son 35% de la fuerza laboral, con un porcentaje aun mayor en jóvenes: 18-21 años = 47% del empleo; 22-34 años = 43% del empleo. En septiembre de 2017, el Foro Económico Mundial (FEM) publicó el informe Por qué el futuro del trabajo podría estar en manos de los trabajadores independientes. La tendencia es mundial, vertiginosa, irreversible y no nos excluye.
Es hora de replantearnos algunos paradigmas, que nos llevan a estigmatizar y etiquetar injustamente a ciertos grupos sociales.
El autor es asesor empresarial
