“Si eres la suficientemente grande, el doble estándar paga”, con esa frase cierra el artículo de The Economist, de 30 de enero de 2018, titulado: Dirty Secrets: Financial Crime. Basado en el listado más reciente de paraísos fiscales del Tax Justice Network (TJN) y con la seriedad y objetividad que caracterizan a los periodistas de esta prestigiosa revista inglesa, el artículo critica principalmente a los Estados Unidos por exigir transparencia fiscal, junto a sus esbirros europeos, doblegando a los países más pequeños, pero no hace nada para limpiar el lavado de dinero y las ganancias ilegales que se esconden detrás de sus sistemas societario y financiero. No es sorpresa, dice el artículo, que el “sector offshore de los Estados Unidos esté en auge.”
TJN es una red internacional independiente, que data desde 2003, dedicada al análisis e investigación de los mal llamados paraísos fiscales del mundo. Es decir, no son amigos de nuestro país, no creen en la competencia fiscal, pero son lo suficientemente valientes y objetivos para no atacar sin razón ni fundamento a los países más pequeños. Además, sí incluyen en su lista a los más grandes y verdaderos paraísos fiscales que succionan impuestos de los países socialistas que, quebrados por el despilfarro (peluqueros presidenciales que cobran 10 mil euros al mes), culpan a terceros de su infortunio.
Esta es la lista de TJN para 2018 por orden de importancia: Suiza, Estados Unidos, Islas Caimán, Hong Kong, Singapur, Luxemburgo, Alemania, Taiwán, Emiratos Árabes Unidos y Guernsey. A ver si Macron se atreve a salirse de las faldas de los alemanes y los expone como hace, cobardemente, con Panamá. A ver si la OCDE y la Unión Europea encuentran el valor para criticar a sus países miembros que aparecen listados. A ver si Gurría y Saint Amans, ejecutivos de la OCDE (que no pagan impuestos pues se escudan bajo leyes de organismos internacionales), hacen planas como en la escuela y escriben diez mil veces: level playing field.
Muchas veces los líderes de un país, en su afán de crear su propia historia, olvidan las lecciones del pasado. Lecciones de los grandes estadistas y políticos que han pisado esta tierra dejando valiosas muestras de coraje y amor por su país. Nadie más grande que Winston Churchill. En varios artículos lo he citado, en especial su frase histórica y profética (ejemplo más claro que Francia en la Segunda Guerra Mundial no hay): “Quien se humilla para evitar la guerra, se queda con la humillación y con la guerra”. Resulta que ayer se divulgó que el próximo reporte del organismo GAFILAT (Grupo de Acción Financiera-Latinoamerica) contiene una dura crítica a nuestro país a pesar de que hemos hecho todo lo que nos han pedido. Estamos por criminalizar la evasión fiscal con penas más allá de cuatro años abriendo la posibilidad de venganzas políticas, empresariales y personales que funcionarios maleantes -de esos que nunca faltan en nuestros gobiernos- utilicen ese delito como arma de coerción y acoso con detenciones preventivas y hasta cárcel. Sin embargo, GAFILAT nos critica como si no hubiéramos hecho nada. Pero vienen los Carnavales y vamos para Rusia, ¡qué carajo! Esto es realmente triste.
El autor es abogado y diplomático