Casi todos los días, a todas horas, en todos lados escuchamos o leemos tonterías y estupideces. Lo malo es que muchos medios de comunicación se dan a la tarea de difundirlas. Y lo peor es que nos las tragamos sin agua. También dejamos de escuchar o leer algunas cosas que, por lo visto, nadie quiere decir. Veamos algunos ejemplos.
“En Estados Unidos el pueblo votó por Trump y hay que aceptarlo”. No es cierto. “El pueblo” no votó por el racista-sexista-xenófobo. Solamente el 26% del padrón electoral votó por él. O sea que, por el voto popular, no tiene mucha legitimidad.
“O se votaba por el malo o por la menos mala”. No es cierto. Había otros siete candidatos que sacaron un aproximado de 12 millones de votos. ¿Por qué nadie habla de eso? ¿Por qué no se habla del 43.1% de abstención?
“Trump era el candidato anti-sistema”. No es cierto. Él es multimillonario. ¿De dónde sacó su fortuna? ¿De la lotería? ¿Su dinero está fuera del sistema?
“¿Cómo es posible que elijan a ese tipo (Trump); hay tantos estúpidos en Estados Unidos?”. ¿Acaso no sabemos que la gran mayoría del pueblo estadounidense es escandalosamente inculto en política? ¡Solo les interesa lo que sucede en su país! Y a veces, ni siquiera eso. Los 100 años del Canal de Panamá, al que su gobierno estuvo ligado durante más de 100, merecieron ¡menos de medio minuto en la televisión!, en más de una ciudad.
“Va a expulsar a 11 millones de mexicanos”. No es cierto. No puede hacerlo, no solo porque es una estupidez y una macroinjusticia, sino porque se cae la economía estadounidense. Es como si –guardando las diferencias– ningún ngäbe fuera a trabajar a Boquete, Volcán, Río Sereno, Costa Rica, en la cosecha de café. Se caería la cosecha, así de sencillo.
“Trump va a construir un muro por toda la frontera con México”. No es cierto, porque el muro está casi construido. Es más, se han invertido miles de millones en su construcción y custodia (dinero de Estados Unidos, no de México) y han pasado más indocumentados que antes. De nada sirve el tal muro y Trump lo sabe.
“Va a cerrar las puertas a China”. No es cierto. No puede hacerlo. Se hunde la economía. La deuda estadounidense (que es tres veces su PIB), en buena parte, está en manos chinas.
“¿Cómo pueden las mujeres apoyar a un tipo que es vulgar, acosador sexual, mentiroso?”. Y yo pregunto: ¿Cómo votaron las panameñas por el anterior presidente de Panamá, que no se aleja mucho de Trump en esas cosas? ¿De qué nos admiramos? Es más, los panameños podríamos darles lecciones a los estadounidenses sobre cómo sobrevivir con un tipo así y no morir en el intento.
¿Por qué nadie dice que las iglesias más fundamentalistas y retrógadas de Estados Unidos, junto con organizaciones criminales como la Asociación del Rifle y el Ku klux klan apoyaron con toda su fuerza a Trump? ¿No es “políticamente correcto” decir eso?
Y pasando al “patio patrio”, hay gente que dice y repite necia y estúpidamente que “Martinelli, aunque robó, hizo obras”. ¿El fin justifica los medios? Con argumentos como ese, Trump podrá o intentará hacer lo que sea. Es más, cada vez que este señor expresidente abre la boca, varios medios en Panamá le sirven de eco a sus tonteras. Igual hicieron con Trump y sus estupideces. ¿Entonces? ¿En qué ayudaron o desayudaron los medios?
Lo que hay que oír por andar con las orejas puestas…
