¡Acabemos con la desigualdad en las comarcas indígenas!



Los especialistas coinciden, con relación a la distribución de la riqueza a nivel global, que América Latina es la región más desigual del mundo. Esta afirmación se hace mucho más evidente cuando hablamos de las desigualdades que afectan a los pueblos originarios. Los expertos han lanzado voces de alerta y han planteado que “tenemos una deuda histórica con los pueblos indígenas”. ¿Y qué hay de nuestra tierra istmeña?

El Ministerio de Desarrollo Social (Mides), en su informe de 2017 sobre el Índice de Pobreza Multidimensional (IPM) en Panamá, reveló una realidad preocupante: “Al realizar el análisis por regiones, las comarcas indígenas fueron las que presentaron los mayores índices de pobreza multidimensional. En el caso de la comarca Ngäbe Buglé, el índice se ubicó en 0.514. Entre los principales factores que contribuyeron a esta situación están el logro educativo insuficiente, la precariedad del empleo, el manejo inadecuado de los desechos, el desempleo y el trabajo familiar sin remuneración, y la precariedad de los materiales de la vivienda”.

Los datos que presenta la Dirección de Análisis Económico y Social del Ministerio de Economía y Finanzas, con base en la Encuesta de Propósitos Múltiples del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC), nos hacen ver que esta realidad no ha cambiado mucho en siete años. En 2024, las estadísticas siguen preocupando a los especialistas en la materia. Evidentemente, la pandemia significó un retroceso para las poblaciones más vulnerables, en especial, las ubicadas en áreas de difícil acceso.

El gobierno entrante necesita tomar decisiones puntuales para enfrentar esta realidad. A pesar de los grandes retos que tiene Panamá, hay temas actuales que debemos considerar, debido a su importancia como sociedad, especialmente en el caso de las regiones de difícil acceso. Son cuatro aspectos apremiantes que deben ser considerados en el caso de los pueblos originarios:

1. Inversión en nuevas infraestructuras educativas en las comarcas: En mis últimas visitas a la comarca Kuna Yala, he observado las preocupantes condiciones de las instalaciones en las que los docentes imparten sus clases y las urgentes inversiones necesarias en infraestructura. La educación de calidad comienza con un entorno adecuado para el aprendizaje.

2. Fortalecimiento en la atención a la primera infancia en las comarcas: Aunque Panamá ha trabajado en fortalecer la atención a la primera infancia, ello no se ha extendido lo suficiente a las comarcas. Los primeros años de un niño son cruciales para su desarrollo. Es imperativo que estas regiones reciban el apoyo necesario para garantizar un buen comienzo en la vida de los infantes.

3. Estímulo a la educación intercultural bilingüe: Una de las oportunidades que tiene el país para disminuir las desigualdades en las comarcas es la Ley 88, que reglamenta la Educación Bilingüe Intercultural (EBI). Esta ley, recientemente reglamentada, contempla la importancia de respetar la identidad, la lengua y la cultura de estas regiones a través de la educación. Es fundamental que este proceso integral de educación sea implementado tanto en las regiones comarcales como en las urbanas.

4. Reducción de la brecha digital en los lugares de difícil acceso: Informes del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) indican que en Panamá persiste una marcada desigualdad en el acceso a computadoras e internet, agravada en las comarcas originarias, donde menos del 10% de la población tiene acceso a estos recursos. Es crucial invertir en tecnología y acceso a la información para estas comunidades.

Considerando lo planteado sobre la “deuda histórica con los pueblos indígenas”, nosotros, como ciudadanos, y sobre todo, el Estado panameño, debemos comprometernos a buscar las mejores soluciones para estos pueblos que viven en desigualdad dentro del territorio nacional. Es nuestra responsabilidad respetar su identidad y su lengua mientras trabajamos por un futuro más justo y equitativo para todos.

El autor es egresado del Laboratorio Latinoamericano de Acción Ciudadana (LLAC).


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