Este domingo son las elecciones de CD, el partido que fundó Martinelli cuando era parte del gobierno de Pérez Balladares y éste buscaba la reelección. El partido le fue tan útil que entró al gobierno de Moscoso como ministro del Canal, para finalmente llevarlo al poder en el 2009. Partido que perdió en el 2018 cuando corrió contra Rómulo Roux por la presidencia del partido y Rómulo le ganó. O en términos que usa y aplica él, se lo robó. Entonces, Martinelli tuvo que fundar Realizando Metas. Y como ahora Realizando Metas quedó dividido entre los leales a Martinelli y los que encuentran más conveniente ser soldados de Mulino, Martinelli necesita volver a controlar CD. Para sumarlo, al partido y sus diputados, porque eso le da más poder y él tiene una importante sed de poder, y para tener más fuerza para presionar o hacerle oposición a Mulino desde otro megáfono. Otra sucursal. Como cuando compró el 99 y también Gago. Además, él sabe que ningún gobierno repite, así que necesitaría poder correr con una alianza RM CD. Conveniente plan B.
Para ese fin su candidato es su fiel exministro Roberto Henríquez. “Es hora de que regresemos juntos RM y CD”, dijo Martinelli. “Para que estemos unidos no solo en este gobierno, sino para conquistar otros gobiernos. Vamos a gobernar por los próximos 20 años. Necesito que me apoyen y que apoyen a Henríquez”.
Las elecciones de los partidos no son en base a ideología. Son para elegir a quien los puede llevar a ganar las próximas elecciones. Pero estas tienen una particularidad: no están prometiendo esperanza a futuro, sino puestos en este gobierno.
Entonces de un lado está Henríquez, en cuya nómina están Mario Martinelli, el hermano de Martinelli que fue investigado por Odebrecht y por la compra de las mochilas del Pan; Giselle Burillo, que impulsó la juramentación en el Parlacen de los hijos de Martinelli y fue investigada por peculado, y Julio de la Guardia, ex cónsul en la India investigado por la emisión de visas fraudulentas.
Y contra Henríquez compite la Benicio versión mujer, Yanibel Abrego, que llegó en 2009 a la Asamblea como “independiente” y en seis meses quedó siendo CD y titulando tierras a 4 centavos el metro cuadrado, y a quien Martinelli apoyó en las primarias del 2023 diciendo lo mismo que dice ahora sobre Henríquez. ¿Y quién la respalda? Ventura Vega, el desde siempre operador político de Mulino. ¿Y por qué quisiera Mulino tener candidata en otro partido? Porque él, como Ricky Fábrega y Aníbal Galindo, no tienen partido (porque Unión Patriótica, antes Solidaridad, se fusionó con CD), y Mulino sabe que con Henríquez, Martinelli le hará ruido.
En la nómina de Yanibel están Azhira Valdés, directora para la Prevención de la Delincuencia Juvenil (Dipred); Rony Araúz, que renunció a la bancada de CD cuando era operador político de Roux y ahora volvió donde Yanibel; Abraham Martínez, cuyo padre dirige el movimiento que desde CD apoya a Mulino, quien por cierto lo nombró embajador en México; Frank de Lima, investigado por varios delitos y a quien le acaban de revocar la condena; Leopoldo Archibold, que nos engrampó seis nuevos corregimientos, y Paula González, ex anti Yanibel y ahora pro Yanibel.
¿Entonces quién tiene a más gente conectada con este gobierno, y más poder de nombramientos? Yanibel. De los ocho diputados CD, seis están con Henríquez, pero a Yanibel la apoyan Manuel Cohen y Tito Afú, los dos con más convencionales y manejo político. Por eso el pronóstico es que ella gane. De hecho, lo dice el propio Henríquez: “A la oposición del PRD se suma ahora la facción varelista del panameñismo. Me dicen que bajaron línea a sus alcaldes para apoyar a mi opositora”.
Suena a lo mismo de siempre porque es lo mismo de siempre. Las dos nóminas representan la política del “qué hay pa’ mí”. Y ninguna tiene caras frescas.
Lo dijo Jimmy Papadimitriu cuando vio que no llevaba chances: que eso era un bazar persa. Y sí. Ya escuchamos un audio de Henríquez prometiéndole a un convencional un aumento salarial en el Seguro, y vimos un video de Yanibel diciendo que Ventura Vega ya habló con los convencionales. Fuera de que de ambos señalan que el otro paga hasta $100 por reunión.
Si Yanibel gana subastaría el partido al mejor postor: a Mulino o al PRD, donde tiene agenda y marido. Y con Henríquez, Martinelli ganaría más papagayos.
Con Roux, mal o bien CD tenía cierta independencia, que ahora perderá sí o sí, porque ambos candidatos representan intereses de otros. Este domingo, gane quien gane, CD perderá.