Al grano: ‘Listas oscuras: ¿Discurso nacionalista?’



Al grano: ‘Listas oscuras: ¿Discurso nacionalista?’

El gobierno empezó tirando puñete por las listas oscuras. ¿Pero el discurso es irracional o tienen razón? A ver. Salimos de la lista Gafi, que era por blanqueo y financiamiento del terrorismo. Nos faltan las dos de la UE: la de blanqueo y la de tributación internacional y transparencia fiscal.

Mulino dijo que nos estigmatizaban “como si patrocináramos el crimen internacional”. Alto ahí. ¿Dónde lavaron la plata los coimeados por Odebrecht? ¿Y los buques con bandera panameña que delinquen a cada rato y que por cierto nos tienen en otra lista de la UE?

Alega Mulino que pasamos leyes “que prácticamente acabaron con el centro bancario internacional”. Nuestro centro bancario tiene $60 mil millones en depósitos locales y $30 mil millones en depósitos extranjeros. La amenaza es mantenernos en las listas.

Dice también que es “un irrespeto” estar en listas de países que usan el Canal y licitan aquí. Y, sí, molesta. ¿Pero vamos a bloquear las empresas de 27 países y a violar el tratado de neutralidad prohibiéndoles cruzar el Canal? Eso nos perjudicaría también a nosotros y no nos sacaría de las listas.

¿Que molesta que el parlamento europeo haya votado todo o nada en una terna donde nos puso con países impresentables para salir de la lista de blanqueo? Sí. Pero llorar no saca de listas. Y cuando nos acusan de facilitar la evasión del límite de petróleo ruso, contestar que en Europa sí que facilitan eso, es como el niño bravo porque lo castigaron más duro que al hermano.

Mulino pidió solidaridad a los países de Mercosur. ¿Cómo, si Brasil, Colombia, Ecuador y Perú nos tienen en sus propias listas? Y dice que la absolución del caso Mossack Fonseca demuestra que eso fue una patraña para socavar nuestra imagen y competitividad. Más allá de que la justicia les gusta solo cuando les favorece, ¿quería seguir con un modelo que facilitó delitos? La absolución significa que para la justicia no delinquieron aquí, pero el daño reputacional es abismal. ¿Y por qué? Por falta de auto regulación.

Y termina diciendo que somos “mancillados arbitrariamente por países que jamás aplicarían las leyes que nos exigen”. Perfectos no son y ratas habrá siempre, pero los países de la UE tienen registro centralizado de beneficiarios finales, intercambian registros contables y tienen una superintendencia que supervisa a las supervisoras.

Y sobre los registros contables, nosotros participamos del grupo que los creó, aunque ahora no queramos regularlos porque los abogados no piensan que les corresponde pedírselos a sus clientes. Que eso debería revisarse, sí. Que es un congueo, quizá. Pero a eso nos comprometimos.

¿Que el due diligence y las exigencias bancarias son tenaces? Sí. ¿Pero la plata de Odebrecht se lavó aquí o no? Los bancos deciden, según su riesgo, a quién quieren de cliente. Y sí, hay doble moral. Si aquí se lavó $1, en Europa se habrán lavado $10. Pero otra vez, no quita que hicimos mal.

El vicecanciller dijo que esto atentaba contra los principios de multilateralidad y respeto a la soberanía. Si tenemos argumentos para quejarnos, ¿por qué no lo hemos hecho? Y dice que Panamá trabaja incesantemente en salir de las listas. La mujer que tenía que bajar 80 libras también puede estar trabajando incesantemente, pero le siguen faltando 35 libras. No es cuando queramos, es cuando cumplamos. Y si falta mucho por cumplir es porque en mucho incumplíamos.

Por su parte, el canciller dijo que “no permitiremos que nos coloquen en una lista de manera injusta”. Ya estamos... Más que exigir y amenazar, preguntemos por qué no nos han sacado, y si las exigencias están fuera del estándar, entonces quejémonos. ¿Pero con bravuconerías? Primero sienten a los involucrados a unificar una estrategia. ¿O con la “unidad” peligran los intereses creados? Hay siete países de la UE que además de la lista grupal, nos tienen en sus listas propias. ¿Tirria, todos?

Si tú llegas a una embajada sin un documento, te niegan la visa. Por más que a otro se la den sin pedírselo. No podemos cambiar lo que piden. Podemos cumplir y salir (como Uruguay y Suiza) o incumplir y mantenernos. O negociamos mejor. En la vida tenemos lo que negociamos, no lo que “merecemos”. ¿No lo merecemos? Probémoslo.

Dice el canciller: “Panamá es un paraíso para las inversiones, no un paraíso fiscal”. Muchos pagan menos impuestos aquí por regímenes preferenciales. Y la UE quiere que la gente pague. Allá o acá, pero que pague; que nuestra ley no deje vacíos para la evasión y que compitamos como todos, no arreglando todo con plata y contactos.

Y el problema no es la falta de normas rigurosas. Es el no cumplimiento. El problema no es la falta de condenas. Es dónde están los presos y por qué tantos casos se caen. Pretender resultados distintos haciendo lo mismo no procede. Preguntémonos: ¿Por qué, pese al esfuerzo, no tenemos los resultados?

Qué pena, pero no podemos decirle al mundo que aquí no pasa nada cuando el presidente es presidente gracias a un expresidente condenado, al que prometió ayudar. No podemos decir que no pasa nada, cuando afuera los hijos de ese condenado fueron condenados por lavar plata para el papá, pero acá son diputados del Parlacen. No podemos decir que no pasa nada cuando la comisión que juzga a los magistrados, la lidera una abogada de ese condenado. O cuando la Asamblea se niega a aprobar la extinción de dominio. O cuando siguen pateando el juicio de Odebrecht. Nuestro sistema es fallido y el mundo lo sabe. ¿Por qué venir a invertir a un país donde, si te atropellan, no tienes certeza de una justicia real? No vienes.

La pregunta, más que qué dirá, es qué hará el nuevo gobierno. Las peleas se pelean donde hay que pelearlas y con argumentos, no con fanfarronerías.


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