Al grano: Mulino y sus mensajes confusos



Al grano: Mulino y sus mensajes confusos

En cinco días empieza un gobierno que necesitamos que le vaya bien. Y sí, todos somos responsables de ser ciudadanos, pero quien tiene el poder real de enrumbar este país es José Raúl Mulino. Y él ha mandado mensajes esperanzadores, por un lado, pero cuestionables y confusos por el otro.

¿Cómo puede designar a profesionales del nivel de Felipe Chapman y José R. Icaza, pero poner en el Mida a Roberto Linares, que como jefe de la AMP quedó investigado por supuesta venta fraudulenta de certificados marinos y por sobrecostos en la compra de un sistema de control de naves?

¿Cómo puede nombrar como asesor a Alberto Alemán Z., pero poner en Anati a Andrés Pagés, amigo del hijo de Martinelli y de Chichí de Obarrio, que fue cónsul en Dubai? ¡En Anati! Ahí nos saquearon. ¿O en Tocumen, donde también nos saquearon, poner a José Ruiz, otro amigo del hijo de Martinelli, que también tenían de embajador? No es que sea delito ser amigo de esos lavadores confesos, ¿pero para cargos tan clave? Al menos habría que pelarles el ojo. Igual que a Dinoska Montalvo, defensora férrea de Martinelli, en Gobierno; a la hija de su aliado José Muñoz, en Trabajo, y a Niurka Palacios, abogada de Martinelli, en el ministerio de la Mujer.

Por otro lado, designa a Andrés Farrugia en la Caja de Ahorros, cuando desde ese mismo cargo le abrió una cuenta a Martinelli ignorando las advertencias de los oficiales de cumplimiento del propio banco. Nombra como encargado de su obra insignia, el tren Panamá David, a Henry Faarup, a quien le ha sido suspendida la idoneidad dos veces. Y a Lucy Molinar en el Meduca, cuando ocupando ese mismo cargo nos sacó de las pruebas Pisa alegando que costaban mucho, mientras se derrochaban millones a dos manos en contratos del PAN para el Meduca. ¿En serio?

Las primeras designaciones fueron aplaudidas hasta por los pesimistas. Pero hay muchas plagadas de partidismo. Como Mariela Jiménez, con cero experiencia en derechos humanos y temas penitenciarios.

¿Entonces Mulino está, como dejó claro el 5 de mayo, supeditado a Martinelli? ¿O, como dijo, no es títere? En estos días destacó la importancia de la independencia judicial, pero volvió a hablar de la persecución política. ¿Entonces?

¿Quiere alejarse de Martinelli, pero su equipo de prensa lo conforman Santiago Fascetto, Astrid Salazar, Rafael Berrocal y Dustin Guerra? Tres de ellos vienen de las entrañas del Panamá América, un diario comprado con coimas, y los cuatro manejaban campañas difamatorias contra los críticos de Martinelli.

En otro tema, las reuniones con las bancadas fueron una buena señal, como su anuncio de no intromisión en la Asamblea. Pero a Vamos le dijo que no apoyaría a nadie para la presidencia, luego quedó claro que a Camacho lo escrachó, al panameñismo le habló directamente de Ariel Vallarino y ahora suena como candidata (de un consenso que lo incluye a él) Dana Castañeda, que fue subsecretaria de la Asamblea en la era más oscura de ese órgano, que manejó partidas con opacidad y que bastante familiarizada está con el negociado de los cupos. Mulino tiene la oportunidad de trabajar con una Asamblea sin chantajes, y no nos engañemos: la Asamblea la presidiría quien él diga.

Por otro lado, dice querer contacto directo con los diputados, pero nombra a Ventura Vega, que espera sentencia por el caso de los diablos rojos, como intermediario. Y al hijo, en la Junta de Control de Juegos.

También lleva a Salo Shamah, papá de las campañas sucias y que también fue investigado, a la dirección de Promtur. De hecho, Shamah puso en la ATP a su amiga Tuti de León, sin experiencia, y se le sienta al lado en las reuniones de transición.

Mulino cuestiona el desgreño, pero promueve para contralor al controversial (por decir lo menos) Bolo Flores. ¡Ah!, y le pide a Solís planchar la liquidación del gerente de Etesa, que por más que no nos guste está en la ley. Fuera de que se presenta como pro empresa, y no hay nada que produzca más incertidumbre a los empresarios que una constituyente paralela.

Y por otro lado está el “chen chen” que prometió y que ya salió a decir lo que todos sabíamos: que no hay plata. Habla de austeridad, pero hace su banda presidencial en Colombia y la manda a traer en el jet de Martinelli.

Es un guacho. Y si Mulino si quiere que el 66% que no votó por él lo apoye, deberá generar confianza, para lo que le tocará dejar de mandar mensajes contradictorios… y hacerlo bien.

Esta nota se modificó a las 6:42 p.m. del miércoles 26 de junio de 2024. En su versión original, se informó que se había nombrado un reemplazo para el director del Metro, al que todavía le quedaban dos años para concluir su mandato. Lo correcto es que el nombramiento del director del Metro es por un periodo de cinco años y no de siete años...


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