
La Comisión de Presupuesto está haciendo trastadas a dos manos sin mover un dedo. Suena chiste, ya sé, pero es anécdota.
La ley dice que la comisión de Presupuesto tiene que reunirse cada semana. Bueno, estos “honorables” no se han reunido hace un mes. Desde el 14 de mayo. Usted pudiera pensar que haciendo nada hacen menos daño, pero en este caso eso no aplica, porque los diputados determinaron que cada 15 días (no 30, como era hasta ahora), todo lo que entre a la comisión y no se vea queda automáticamente aprobado. “Si la comisión no realiza ninguna actuación dentro de los 15 días calendario siguientes al recibo de la solicitud -dice la ley- se entenderá que ha sido aprobada la modificación correspondiente”.
Estos tipos hacen y deshacen aun a la luz pública. Aun cuando se reúnen, ven y analizan y debaten. Solo para que tengamos una idea, se dan aproximadamente mil traslados por mes… Mil. Y de montos absurdos. Millonarios. Bueno, imagínense todos los millones de dólares que han movido en estas 5 semanas, y nadie los ha visto. No sabemos ni sabremos cuántos millones son, ni para qué se usarán. Pero recién el lunes supimos cómo la Asamblea perfeccionó su estrategia de aumentar su presupuesto a punta de créditos y traslados de partida de forma inexplicable y opaca. 950 millones de dólares han manejado en los últimos cinco años. Eso es un vulgar saqueo.
Recordemos que las finanzas del Estado, al final, las decide la Asamblea. La Comisión de Presupuesto (que soberanamente y sin ninguna consecuencia decidió mantener sus actas secretas) define si aprueba el presupuesto o no. Y además los jefes de todas las instituciones tienen que pasar por go para cualquier traslado de partida, aunque sea de un dólar, porque los diputados cambiaron la norma y según la ley 418 de 2023 adquirieron desde este año la facultad de aprobar o rechazar los traslados de partida “de cualquier monto”. Antes, la comisión aprobaba solo los traslados de $200 mil en adelante.
Hoy se volverán a reunir después de más de un mes, para considerar varios créditos adicionales para aumentar aún más el presupuesto en varios cientos de millones de dólares. Va a haber traslados al Ministerio de Seguridad, el de Salud, el de Economía, la Contraloría, el Aeropuerto de Tocumen y Asep. Más las sorpresitas con las que lleguen.
Eso del monto de los traslados pone a las instituciones en control absoluto de la directiva de esa comisión que preside Benicio Robinson (cuyo futuro está en manos del Tribunal Electoral) y cuyo vicepresidente es Raúl Pineda. Ahora, habiendo pasado más de un mes sin ver los traslados del todo, ¿qué favores no habrán pagado y qué deudas (de las que pagaremos todos) habrán sembrado? ¿Cuántos millones habrán pasado sin que nadie los viera? Nadie…
Por eso, entre otras, la presidencia de la comisión de Presupuesto es tan importante; incluso más que la presidencia de la Asamblea. Y esa es la verdadera pelea. De nada sirve la presidencia de la Asamblea si no se tiene el control de la comisión de Presupuesto y la de Credenciales. Ahí es donde está el poder de verdad. Así que ojalá los nuevos diputados se enfoquen. Porque no se trata de aspirar a lo más arriba posible, sino aspirar a los cargos desde los que se pueden lograr los verdaderos cambios.

