El secretario general de la ONU, António Guterres acaba de decirle al mundo que hemos abierto ya las puertas del infierno, en alusión a los fuertes efectos que está teniendo en todas partes el cambio climático. Para el hemisferio norte ha sido un verano brutal, con arrasadores incendios, potentes tormentas e inundaciones; para nosotros, una importante diminución de las lluvias que ha puesto en jaque nuestra principal fuente de riqueza y vida. “La acción climática se ve empequeñecida por la magnitud del desafío”, afirmó apesadumbrado Guterres.
El desafío es efectivamente grande y cada acción en la dirección correcta cuenta. Por ejemplo allí está el programa “Campeonas Solares” que ejecuta la Secretaría Nacional de Energía (SNE) con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo, y que hace parte del componente “Acceso universal” de la Estrategia Nacional de Transición Energética 2020-30, que impulsa con determinación y ahínco Jorge Rivera Staff, desde que asumiera la dirección de la SNE en 2019.
El programa, por el que ya han pasado 26 mujeres de la Comarca Ngäbe Buglé, ha permitido capacitarlas en la instalación y mantenimiento de paneles solares. Una habilidad que hizo posible que llevaran luz eléctrica a sus hogares y a sus apartadas comunidades. Un cambio radical en sus vidas y en el de su familia.
Se trata de una acción que se enfoca en ir cerrando la brecha que existe en este país de grandes y lacerantes desigualdades, sobre todo en las áreas rurales y comarcales. Un componente que, de paso, propicia el empoderamiento de las mujeres, un paso vital para lograr mayor equidad de género e igualdad (recomiendo ver el documental Campeonas solares en youtube).
El secretario de Energía y su equipo de trabajo están en las antípodas del modelo institucional al que nos tienen acostumbrados los políticos criollos. Recogió con respeto el trabajo que habían adelantado las administraciones previas en la materia -con el apoyo del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo y la Unión Europea- y continuó avanzando hasta lograr en 2019 la aprobación de la Estrategia Nacional de Transición Energética por el Consejo de Gabinete, que incluye áreas tan variadas como la eficacia energética, el impulso a las energías renovables, la modernización del marco regulatorio e institucional, la movilidad eléctrica, etc. Un raro caso de continuidad de una política pública bien planificada.
Ese proceso de transformación no solo tiene que ver con cambios tecnológicos, legales o de gobernanza, sino con cambios culturales que permitan que los ciudadanos comprendan la importancia del proceso y se involucren activamente. Y en esa tarea están tocando todas las puertas y abriendo todas las ventanas posibles. Así llegaron al popular concurso nacional de oratoria que este año tiene como tema el proceso de transición energética. Con ello, se logrará que el mensaje llegue a todas las escuelas del país, permitiendo sumar voluntades y activismo entre nuestros estudiantes en la batalla contra el deterioro del planeta.
La labor de comunicación, concienciación y educación de la SNE es incesante y pasa por amplias consultas sobre la modernización del marco legal del sector eléctrico, el análisis de los procesos de comunicación necesarios para sumar apoyos, la novedosa academia ODS 7 para la formación de jóvenes, la creación de manuales y material educativo accesibles en la página web de la SNE y un larga lista de actividades planificadas y ejecutadas en estos últimos cinco años, pandemia de por medio.
Entre este material se encuentra una herramienta para ayudar a los usuarios a realizar la transición hacia vehículos eléctricos, proceso que avanza con buen pie. Entre 2015 y 2020 se vendieron 47 carros eléctricos; la suma subió a 80 en 2021 y 160 en 2022. Y para darle el servicio requerido, ya hay 164 cargadores distribuidos en todo el país.
Además, se realizó la licitación de 5 autobuses eléctricos para el Casco Viejo, un proyecto que se había iniciado en la Administración alcaldicia de José Blandón, pero que dejó morir el señor que ocupa su lugar en El Hatillo.
Teniendo en cuenta que la contaminación ambiental por los gases contaminantes de los vehículos es donde destacamos, es vital la renovación de la flota pública y privada, así como mejorar la calidad del transporte público, no solo en la ciudad de Panamá.
Otros datos que evidencian que avanzamos es que el 80% de la energía generada localmente es renovable y que el crecimiento anual de los paneles solares está entre el 30% y el 40%. También habrá que pensar con tiempo cómo reciclar el material que vaya caducando, un nuevo desafío que enfrentamos.
Recuerdo que en el momento en que la incertidumbre sobre el futuro era la tónica general en aquel surrealista 2020, desde la SNE Jorge Rivera Staff nos daba ánimos asegurando que la Estrategia de Transición Energética tenía el potencial de convertirse en una importante palanca de recuperación económica, al ser una clara oportunidad para nuevos negocios, actividades, profesiones y oficios.
Oportunidad de negocios y nuevos oficios mientras salvamos el planeta. Merecemos el infierno si dejamos pasar este momento.
La autora es presidenta de la Fundación Libertad Ciudadana (TI Panamá)