La Encuesta del Mercado Laboral, recientemente publicada por el Instituto de Estadística y Censo (INEC) de la Contraloría General de la República indica que entre agosto 2016 y agosto 2017 hubo un aumento en la tasa de desempleo de 5.5% a 6.1%. ¿Esto qué significa?
La tasa de desempleo es el porcentaje de personas que, queriendo trabajar (población económicamente activa o PEA), no tienen empleo. Un desempleo del 6.1% implica que el 93.9% de quienes quieren trabajar está ocupado y recibe regularmente un ingreso.
¿Qué ocurrió el último año? Entre agosto 2016 y agosto 2017 se generaron 15,138 nuevos empleos, resultado neto de 13 sectores donde hubo expansión (+43,220 empleos) y la contracción en 9 actividades económicas (-28,082 empleos). El 69% de la expansión ocurrió en cinco sectores: Logística (+9,628), Gobierno/Seguridad (+6,791), Servicios Varios (+5,877), Turismo (+4,699) y Servicios de Apoyo (+2,885), mientras que 91% de la contracción se dio en cuatro actividades: Agricultura (-13,191), Comercio al por menor (-6,563), Enseñanza (-3,290) y Servicios de Salud (-2,613).
Comenzó a recuperarse el empleo asalariado en la empresa privada (+8,535 empleos), pero cayó el número de patronos (-16,638), el 88% de cuya contracción se registró en cuatro áreas: Hoteles/ Restaurantes, Comercio al detal, Construcción y Empleadores Domésticos.
Los jóvenes de 15 a 29 años perdieron 15,307 trabajos, la mitad en el interior. Mejoró la contratación de profesionales universitarios (+2,976, 96% de ellos en entornos rurales), pero sigue la tendencia a la contratación mayoritaria de técnicos (23,829). Proporción 1 a 8. Paradójicamente, nuestras universidades gradúan a unos 26 mil profesionales anualmente.
En Panamá, dos de cada tres trabajadores tiene educación media o inferior. Sin embargo, la educación promedio en los empleos generados el último año fue de 12.8 años, mientras que la media de edad es 59 años. Esto sugiere un agravamiento de la tendencia identificada por el Informe de la Alta Comisión de Empleo, que ubicaba el promedio de edad en los nuevos empleos generados entre 2009 y 2014 en 45 años.
El 94% de los empleos creados entre 2016 y 2017 en el campo requirió de 12 o más años de escolaridad, mientras que el 92% de los nuevos empleos urbanos exigió 12 o menos años de educación formal. Esto confirma el aumento de las exigencias educativas para los trabajos en el área rural, acelerando la migración de jóvenes rurales a la ciudad en busca de oportunidades de empleo sin la debida preparación.
Pero la mano de obra en sectores con bajos requerimientos de escolaridad como la construcción (9.4 años) ha disminuido su ritmo de contratación de mano de obra debido a la culminación de importantes megaproyectos como la ampliación del Canal y otros de infraestructura, forzando a estos jóvenes a buscar trabajo en otros sectores con exigencias superiores de instrucción formal.
La economía sigue creciendo y generando empleo, pero es imperativo articular una Agenda de Inclusión Productiva para jóvenes de escasos recursos, particularmente con escolaridad inferior al bachillerato, enfatizando la formación técnica y emprendimiento, que hoy genera tres de cada cuatro nuevos empleos. Tanto el Gobierno como el sector privado vienen trabajando arduamente en esto, pero debemos hacer más, urgentemente.
El autor es asesor empresarial