En los últimos tres días han salido publicadas una serie de glosas en diferentes medios, que indican que un magistrado de la Corte Suprema de Justicia está siendo extorsionado con una grabación que lo involucra en actos de corrupción. La extorsión, según las glosas, sería para que el magistrado cambie su posición en uno de los cinco recursos presentados por la defensa de Ricardo Martinelli, en el caso que se le sigue, conocido como “pinchazos”.
Las glosas suelen ser adelantos de noticias en desarrollo por lo que decidí analizar los recursos presentados y los diferentes escenarios.
De los cinco recursos sin resolver presentados por la defensa de Ricardo Martinelli, tres de ellos tienen que ver con el fuero penal electoral al momento de la investigación, la imputación al momento de la admisión y la competencia que tiene la Corte Suprema de Justicia de procesar y juzgar a Ricardo Martinelli. Todos estos recursos son en oposición a las decisiones tomadas por el magistrado Jerónimo Mejía en sala unitaria.
En los recursos sobre el fuero electoral y la imputación, lo que busca la defensa es anular todo el proceso que se le sigue al privado de libertad, mientras que en el recurso sobre la competencia, la defensa busca llevar el caso al sistema inquisitivo mixto, en el que seguramente se agotaría el tiempo de investigación y el caso prescribiría.
Si analizamos cada una de estas partituras el resultado sería el mismo: un caso en el que dos jueces en los Estados Unidos encontraron que existían suficientes elementos de convicción para autorizar la extradición solicitada por Panamá, jamás llegaría a juicio. Nunca sabríamos si nuestro expresidente abusó de los recursos del Estado para vigilar y perseguir a más de 150 ciudadanos y extranjeros.
Recordemos también que dos de las víctimas eran funcionarios de la Embajada americana, lo que le añade un elemento importante en nuestras relaciones internacionales. La ironía histórica sería que la misma razón por la que está siendo acusado sería la llave para impedir que sea juzgado.
Nuestra justicia está en el banquillo de los acusados. Nuestros magistrados tienen la obligación de impartir justicia de manera expedita, objetiva e independiente. Cada uno de ellos debe asumir esta responsabilidad y definir si está en capacidad de cumplir con esta obligación histórica con integridad, valor y determinación; si no, debe presentar cuanto antes su renuncia. #JusticiaORenuncia
La autora es miembro de Movin y comentarista de Sal y Pimienta
