El Canal de Panamá, la empresa más importante y emblemática de la nación panameña, anunció esta semana a través de su administrador, Jorge Luis Quijano, quien expresó que “el Canal sigue superando expectativas, contribuyendo al desarrollo del país, mientras refuerza cada vez más la importancia de su ampliación y su impacto en el comercio marítimo mundial”. En los resultados financieros al cierre del año fiscal que van desde el 1 de octubre de 2017 al 30 de septiembre de 2018, el Canal había logrado ingresos totales por $3 mil 171 millones, noticia que llena de orgullo a algunos panameños y otros tantos nos preguntamos: ¿y más barcos para qué? Si la plata no se ve. Y es justo analizar esta noticia canalera.
De qué le sirve al pueblo de Chupampa más barcos si el progreso canalero no les ha llegado allá con una escuela de primer mundo, o a los campesinos que viven dentro de la cuenca hidrográfica y que no tienen agua potable ni alcantarillado. El Canal basa sus ingresos que obtiene a través de los peajes que pagan los barcos que transitan por el cauce y por la venta de energía eléctrica y agua potable, pero de qué sirven más barcos y más tonelaje si la administración canalera mantiene un sistema laboral obsoleto y anclado al pasado. Este sistema laboral fue hecho para una agencia federal del Gobierno de Estados Unidos, donde hay empleados que no perciben con justicia laboral sus horas de sobretiempo trabajadas, donde hay empleados con 5 y hasta 9 años siendo eventuales en su puesto de trabajo, donde hay empleados que dentro de su jornada de trabajo no tienen hora de almuerzo. El Canal de Panamá es líder mundial en transporte marítimo y piedra angular en la economía de Panamá, donde la actividad económica canalera es responsable del 70% de la economía del país.
Por su importancia, es tiempo de que los cuatro millones de dueños del Canal nos empoderemos y exijamos una administración canalera más transparente, una junta directiva más democrática y participativa, donde un campesino y un empleado sean miembros de este ente colegiado que es la máxima autoridad del Canal. Cuando este sea el escenario en la administración del Canal de Panamá, entonces todos estaremos orgullosos de los logros económicos y gritaremos a los cuatro vientos ¡que viva Panamá!
El autor es abogado especialista en temas canaleros
