Brunch dominical

Brunch dominical
Mariano Rivera. Tomada de @GOCPBL


Cuando se habla de los íconos de Panamá, uno piensa en Mariano Rivera, Rubén Blades, Laffit Pincay, Irving Saladino, Adán Ríos… El factor común de ellos es que el lugar que ocupan se lo han ganado con esfuerzo propio y eso les da derecho a hacer lo que consideren mejor con lo que han obtenido a través de sus logros personales y profesionales. Pero en nuestro mundo al revés, la gente está dispuesta a arrojarle una turba virtual a Mariano por el reciente anuncio de que invertirá $100 millones en un proyecto de energía sostenible en República Dominicana. Esa inversión es con plata de su bolsillo; no se la robó ni nadie se la regaló, así que puede hacer con ella lo que quiera. Pero muchos de los que lo lapidan ni siquiera se sonrojan cuando un político del patio se erige como nuevo rico, con plata que no es suya. ¿Acaso el Estado es una bolsa de valores? Si un diputado gana $7 mil al mes, la matemática dice que al final de año son $84 mil. O sea, muy lejos de ser una cifra millonaria. Tener un estrato humilde no tiene nada malo. Es más, la superación debe ser un motivo de orgullo. Pero intentar manipular a sus electores con un supuesto triste pasado de hija de pescador es un acto descarado y un insulto a la población. ¿Acaso Mariano no viene de un pueblo de pescadores? Para obtener sus glorias, no ha tenido que robarle un real a nadie, ni hacer leyes a su medida. ¿O alguien ha visto a Mariano alguna vez pararse frente a un micrófono para preguntar “qué hay pa’ mí”? Jamás.

Y hablando de “qué hay pa’ ella”, el viernes pasado, era la última oportunidad para que Yanibel Ábrego renunciara a su precandidatura presidencial en las primarias que Cambio Democrático celebra este domingo y así poder mantener sus opciones en otros partidos (léase RM) intactas. ¿Qué pasaría en el muy probable escenario de un triunfo de Rómulo Roux en la contienda de hoy? Superficialmente, cualquiera diría que Ábrego habría perdido cualquier valor que le quedara en la política panameña. Pero por ingenuidades como esta es que existe gente como esa. ¿A alguien se le ha ocurrido que, como ella es diputada, ya puede estar tocando la puerta de los despachos de sus colegas para mandarse a hacer (como es frecuente en ella) un traje a la medida que derogue la vigencia del artículo 356 del Código Electoral? Ya una vez, en octubre de 2021, intentó (sin éxito) introducir reformas electorales para acomodar artículos a su conveniencia, como aquella modificación que permitía convocar a elecciones “anticipadas” de las juntas directivas de los partidos políticos, solo porque ella anda sofocada por sacar a Rómulo Roux de la presidencia de CD. ¿Cómo le iría ahora si intenta reformar el artículo 356? Si bien al PRD, como partido, una movida como esa se le pudiera convertir en una espada de doble filo, a título individual la historia podría ser otra. Así que habrá que ver si los mandamases de ese partido van a ser tan convincentes como cuando lograron poner a toda la bancada a votar en fila por el desconocido profesor de educación física.


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