¿Acaso en una elección solo se puede hacer trampa el día de la votación y únicamente mediante compra de votos, robo de urnas y alteración de actas? ¡Nah!… La trampa también es posible manipulando el sistema con anticipación, por ejemplo, aprobando leyes hechas para el beneficio específico de determinados candidatos o partidos políticos (a menudo, los más grandes). ¿Y quiénes son los grandes sastres del desastre? ¡Los diputados! Han hecho tantas camisas a la medida, que ya no les cabe una más en el ropero. Se requiere una gran dosis de desvergüenza para tratar de desfigurar las normas a estas alturas del calendario electoral, ante los ojos de todos, con el cuento de que lo hacen para impedir que el Tribunal Electoral “distorsione” el proceso. Si actualmente los partidos políticos pueden obtener un diputado por residuo (R) en cada circuito plurinominal, ¿qué es lo que en realidad pretende el diputado Ricardo Torres con una nueva reforma al Código Electoral? Sencillo: que un mismo partido pueda sacar más de uno, porque los colectivos en alianza podrían postular hasta dos candidatos comunes. Según Torres, en el Consejo Nacional de Partidos Políticos se han dado “discusiones” en las que se ha revelado que el Tribunal Electoral pretendería reglamentar para que en los circuitos en los que se escoge de 3 a 7 diputados, se puedan asignar “de seis y hasta 11 curules por residuo”. Y eso que ni siquiera existe un circuito con 11 curules. De ese modo, Torres nos hace creer que su propuesta es una especie de salvación y que -encima- lo hace por la vía democrática, al someterla ante la Asamblea Nacional, donde seguramente ya tiene hasta los votos asegurados para aprobarla. Torres culpa al Tribunal Electoral, como si los panameños hubiéramos olvidado que esa entidad propuso eliminar la fórmula actual de adjudicación de curules y fue el PRD, en alianza con los rebeldes de CD, quien se las arregló para mantenerla. Lo peor fue que algunos de ellos defendían el sistema de cociente, medio cociente y residuo, pero ni siquiera entendían cómo habían obtenido sus curules en el 2019 y tuvieron los propios magistrados del TE que explicarles, pacientemente, cómo operaba.
Actualmente, el pleno legislativo lo componen 8 diputados elegidos por cociente, 25 por medio cociente y 12 por residuo; los 26 electos en cada uno de los circuitos uninominales son los únicos que ganaron por mayoría de votos.
Las elecciones no son un juego de suerte y azar. Se trata de redefinir la conducción del país por los próximos cinco años. Esta “modificación” luce más como un acto preparatorio del PRD y RM para gobernar, en oposición, desde la Asamblea. Por eso, hay que recordarle a los diputados que no es el elector quien está al servicio de los políticos, sino al revés. Si todavía tienen tantas ganas de hacer leyes, al país le sobran temas pendientes.
El acontecimiento político de ayer fue el anuncio de que Roux encabezará la alianza con el Panameñista y el de hoy será la revelación del nombre del compañero de nómina de Gaby Carrizo. En este caso, lo más probable es que apunten a alguien que sea fácil de bajar después, para favorecer al que surja del pacto de sangre con el ala tenebrosa del PRD. ¡Y que vengan los indultos!
