En Panamá, si uno no ha visto algo insólito durante la semana, es que no ha habido semana. Ahora parece que el fantasma de la manipulación de las elecciones va dejando de ser una leyenda, para convertirse en una historia de terror. Y todos los dedos apuntan al castillo embrujado del Tribunal Electoral (TE). ¿Por qué?
Realizando Metas (RM) y Alianza nunca presentaron a José Raúl Mulino ante el TE como su candidato presidencial. Fueron dos de sus magistrados (Eduardo Valdés Escoffery y Luis Guerra), en un inexplicable acto de desprendimiento -quién sabe si de corteza cerebral-, los que convirtieron a Mulino en el abanderado de esos colectivos. Sin postulación, sin entrega de credenciales ni nada. Deberían agregarle una casilla más a la papeleta, para que el electorado pueda votar por el TE, que es quien realmente lo puso allí.
El TE y RM podrían haber estado en una relación furtiva durante más de dos años. Los hechos así parecen demostrarlo. ¿Qué sucedió el 23 de febrero de 2022, cuando, por solicitud de la juez penal Baloisa Marquínez, un juzgado administrativo electoral le suspendió el fuero electoral penal a Ricardo Martinelli? Pues que un mes después, el pleno del TE le devolvió esa coraza -limpiecita- al expresidente. El magistrado Valdés Escoffery salvó su voto en aquella ocasión.
Pero, como el lado oscuro no descansa, los magistrados Alfredo Juncá y Heriberto Araúz -sin Valdés Escoffery- “decidieron” que Martinelli gozaba del principio de especialidad previsto en el tratado de extradición con Estados Unidos y, por tanto, no podría ser procesado por un caso que no fuera el de los pinchazos. El 11 de agosto de 2022, la Corte Suprema de Justicia determinó que esa decisión era inconstitucional. Sin ese fallo de la Corte, Martinelli quizá ni siquiera habría sido juzgado por blanquear capitales en el caso New Business.
No hay que olvidar que Martinelli fue reconocido como candidato presidencial tras ganar la primaria que RM celebró el 4 de junio; dos días antes, había acabado el juicio de New Business y la juez Marquínez comunicó que se acogía al plazo de 30 días para emitir veredicto. Importante recordar que, en su momento, el inicio de ese juicio se retrasó, porque el pleno de la Corte tuvo que invertir seis meses en revertir la devolución del fuero electoral ordenada por el TE. Si restamos ese tiempo, partiendo del 4 de marzo de 2024, cuando la sentencia de New Business quedó ejecutoriada, ese caso habría podido concluir el 4 de septiembre del año pasado, es decir, la basura no se habría acumulado toda hasta una semana antes de las elecciones.
Cuando el TE reconoció la aplicación del principio de especialidad a Martinelli, debimos haber sospechado que vendrían cosas peores. Y así fue. El TE torció el proceso electoral para designar a Mulino como candidato -sin que nadie se los pidiera-, tras inhabilitar a Martinelli, sumiendo al país en la zozobra actual.
No sabemos qué es peor: la vergüenza que da que el máximo colegiado electoral se conduzca como un partido o que no les pase nada. Así como candidatizaron a Mulino, habrían podido postular a Bruno. Total, tanto uno como el otro obedecen al mismo amo.


