Canal de Panamá: convertir una declaración negativa en una oportunidad positiva



Durante las semanas finales de diciembre, mientras la mayoría de los panameños se preparaban para el cierre del año con compras en centros comerciales abarrotados y enfrentando un tráfico intenso, también conmemoraban dos momentos significativos: recordar a nuestros difuntos y honrar a las víctimas de la invasión estadounidense.

Recientemente, hemos vuelto a captar la atención mundial, algo que no experimentábamos desde el escándalo de los “Panama Papers”. En aquella ocasión, no supimos manejar ni aprovechar el foco internacional. Una campaña publicitaria bien estructurada habría permitido contrarrestar las críticas y cambiar la percepción global, atrayendo turismo y mejorando nuestra imagen. Sin embargo, el gobierno de entonces no supo gestionar adecuadamente esa coyuntura.

Ahora, nuevamente somos noticia mundial. El presidente reelecto de los Estados Unidos, Donald Trump, ha utilizado redes sociales y medios para mostrar interés en nuestra región. Aunque sus declaraciones no son nuevas, se remontan a comentarios realizados durante un certamen de belleza en Panamá, donde calificó como un “mal negocio” la devolución del Canal de Panamá a nuestro país.

La lucha por nuestra soberanía, indiscutible y reconocida internacionalmente, debería ser un tema prioritario para las nuevas generaciones. Es preocupante que ya no se estudien a fondo las relaciones entre Panamá y Estados Unidos en las escuelas. Este conocimiento no solo educaba sobre nuestra historia, sino que también fomentaba un sentido de pertenencia, nacionalidad y orgullo. Reintroducir estas materias, junto con la asignatura de Cívica, es esencial para formar ciudadanos con pensamiento crítico y valores, capaces de valorar el sacrificio que nos llevó a conquistar nuestra soberanía.

Aunque las declaraciones de Trump puedan considerarse controvertidas, representan una oportunidad que no debemos desperdiciar. La diplomacia panameña tiene el desafío de recuperar su prestigio y protagonismo en el escenario latinoamericano. Es crucial responder a estas afirmaciones con dignidad, reforzando nuestro mensaje junto a otros países que comprenden y apoyan nuestra causa.

Vale la pena subrayar que estas declaraciones provienen de una persona que, en ese momento, aún no había asumido el cargo presidencial. No obstante, sus palabras tienen implicaciones y requieren una respuesta clara. Panamá ejerce plena soberanía sobre todo su territorio, incluido el Canal, y esto debe ser respetado.

En lugar de generar enfrentamientos, aprovechemos esta situación para lanzar una campaña publicitaria internacional bien planificada, que invite al mundo a conocernos, visitarnos y explorar nuevas oportunidades de negocio. Debemos recordar al mundo quiénes somos, qué hemos logrado y todo lo que Panamá puede ofrecer. Transformemos las declaraciones equivocadas en una oportunidad para destacar nuestro país y convertirlas, como bien dirían algunos, en un “tiro por la culata” o, mejor dicho, en un giro positivo que beneficie nuestra imagen global.

Panamá es una nación forjada con sangre, esfuerzo y sacrificio. Nuestra soberanía es inviolable, y los panameños, unidos en la defensa de nuestro territorio y del Canal, hemos demostrado que ningún intento de división logrará debilitarnos. Al contrario, estos retos solo fortalecen nuestra unidad y nos impulsan a mostrar al mundo que somos, y siempre seremos, los mejores guardianes del Canal de Panamá.

El autor es abogado.


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