Muchos panameños desconocen cuáles son las diversas rutas comerciales, categorías de carga y tipos de buques que transitan por el Canal de Panamá. Mucho menos saben cómo y por qué los conflictos geopolíticos inciden en las rutas marítimas de distintos tipos de carga, afectando así el número de tránsitos y, por consiguiente, los ingresos por cobro de peajes, en ocasiones beneficiando el negocio canalero y en otras, perjudicándolo.
También surgen innovaciones tecnológicas que generan nuevas rutas. Por ejemplo, el desarrollo de la fracturación hidráulica (fracking, en inglés) permitió, por primera vez en la historia, el acceso a vastos volúmenes de gas licuado de petróleo (GLP) atrapados en el subsuelo rocoso de esquisto en varias regiones de Estados Unidos. Sus principales puertos de exportación se encuentran en el noreste y en el sur (Golfo de México) de ese país, con destino a naciones asiáticas. Por ser la ruta más rápida a dichos mercados, depende del Canal de Panamá, convirtiéndose en uno de los rubros que más utilizan nuestra vía acuática, junto al importante comercio de granos exportados desde Estados Unidos.
Recordemos que muchos de los llamados “estrechos” marítimos o puntos de estrangulamiento (choke points), como nuestro canal, tienen la ventaja de acortar el tiempo de travesía en las rutas marítimas. Algunos son la única vía de acceso a ciertos mercados. Esto conlleva un menor costo de transporte, ya que se incurre en menos gastos, sobre todo en el rubro del combustible bunker (fuel oil) empleado por los buques.
La ruta del GLP desde la costa este y sur de Estados Unidos hacia Asia, por vía del Canal, es una de las que podría verse muy afectada por la guerra entre Rusia y Ucrania, así como por el conflicto geopolítico entre China y Estados Unidos. Uno de los principales destinos del GLP estadounidense es China. Debido a la guerra arancelaria entre ambos países, China podría comenzar a reducir sus compras de este producto e ir reemplazándolo progresivamente por gas ruso, adquirido a precios más bajos gracias a la alianza entre Beijing y Moscú. A su vez, Estados Unidos podría sustituir el mercado chino por el europeo, ya que Europa, que por décadas dependió del gas ruso, busca independizarse de esa fuente para optar por el GLP estadounidense, entre otras alternativas. Cualquiera de estas eventualidades, o la combinación de ambas, reduciría sustancialmente los tránsitos de GLP por el Canal, que hoy representa nuestra tercera mayor fuente de ingresos.
La ruta Asia-Europa, por el Canal de Suez, también se ha visto afectada por los constantes ataques de los hutíes en Yemen a buques que transitan el mar Rojo hacia o desde dicho canal, en protesta por el conflicto en Gaza. Como consecuencia, algunas navieras han optado por cruzar el océano Pacífico y llegar al Atlántico atravesando nuestro canal rumbo a Europa, no solo eliminando el riesgo de un ataque armado, sino también evitando el pago de una prima especial por riesgo de guerra a las aseguradoras de carga y a los clubes de protección e indemnización (P&I Clubs) de las embarcaciones.
Sin duda, otro evento geopolítico que nos afectará será la llamada “guerra arancelaria” entre Estados Unidos y muchos países exportadores de productos hacia esa potencia. Esto podría disminuir drásticamente el volumen de las transacciones del comercio mundial. Asimismo, tendrá un impacto relevante sobre nuestra vía interoceánica, a mediano y largo plazo, la implementación de las políticas de nearshoring (acercar las operaciones de fabricación a países vecinos o al propio territorio) y decoupling (reducir las interdependencias económicas), promovidas por Estados Unidos para desprenderse de gran parte de la producción manufacturera china destinada a su mercado. Esto alteraría la cadena de suministro mundial y, por lógica, disminuiría los tránsitos de portacontenedores por el Canal.
El autor es abogado.