En un mundo donde la información circula con una velocidad vertiginosa y las noticias falsas pueden propagarse con facilidad, el periodismo científico se erige como un pilar fundamental para la construcción de sociedades mejor informadas a través del fomento de la cultura científica. La ciencia tiene historias fascinantes que merecen ser contadas, y el acceso a información rigurosa y basada en evidencia es esencial para fortalecer la confianza del público en la ciencia y la toma de decisiones informadas.
El periodismo científico desempeña un papel crucial en la lucha contra la desinformación, ya que traduce hallazgos complejos en narrativas accesibles para la ciudadanía. En tiempos de crisis, como lo vimos durante la pandemia de covid-19, la difusión de información verificada salvó vidas, mientras que la desinformación tuvo consecuencias devastadoras. La colaboración entre científicos y periodistas es clave para hacer la ciencia más accesible y comprensible para todos, evitando que datos erróneos o malinterpretaciones generen confusión y miedo en la población.
Uno de los grandes ejemplos de éxito en el periodismo científico es el periódico español El País con su sección de ciencia “Materia”, una plataforma de divulgación científica que ha logrado posicionarse como una fuente confiable de información sobre ciencia, salud y tecnología. Su impacto ha sido significativo en la promoción de debates informados sobre políticas públicas científicas, pues al hacer accesibles los avances científicos al público, también contribuye a que los tomadores de decisiones cuenten con información basada en evidencia para diseñar estrategias en salud, medio ambiente y educación.
En América Latina, el periodismo científico aún enfrenta desafíos, como la falta de financiamiento y la escasez de espacios dedicados a la divulgación. Sin embargo, iniciativas como SciDev.Net, un medio de comunicación especializado en ciencia y desarrollo, especializada en la región, contribuyen a sensibilizar y promover el diálogo entre la comunidad científica y los responsables de la formulación de políticas. Cuando la ciudadanía tiene acceso a información confiable, puede exigir mejores regulaciones ambientales, políticas de salud pública más efectivas y mayores inversiones en ciencia y tecnología.
En Panamá, el periodismo científico ha cobrado mayor relevancia en los últimos años gracias a esfuerzos de medios de comunicación y divulgadores independientes que buscan acercar la ciencia a la población. Iniciativas como coberturas relacionadas a proyectos de investigación e innovación en medios tradicionales, así como plataformas digitales, han permitido que temas como el cambio climático, la conservación de la biodiversidad y los avances médicos sean más comprensibles para la sociedad.
Es fundamental que los medios de comunicación incorporen cada vez más el periodismo científico en sus agendas, brindando espacios a especialistas y promoviendo la capacitación de periodistas en el ámbito científico. De esta manera, se combate la pseudociencia y se empodera a la sociedad con conocimientos que les permitan discernir entre información verificada y datos falsos.
Comunicar la ciencia no es un lujo, sino una necesidad. Es la vía para fomentar el pensamiento crítico, inspirar a nuevas generaciones de científicos y garantizar que los avances en investigación no se queden solo en los laboratorios, sino que transformen la vida de las personas. La confianza en la ciencia se construye a través de una comunicación clara, veraz y accesible, y en esa tarea, el periodismo científico es más relevante que nunca.
La autora es jefa de Información y Relaciones Públicas de la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt).