Según Naciones Unidas, cada año, el 21 de septiembre, se celebra el Día Internacional de la Paz, declarado para el fortalecimiento de los ideales de paz, a través de la observación de 24 horas de no violencia y alto el fuego.
Sin embargo, lograr la paz verdadera conlleva mucho más que deponer las armas. Requiere la construcción de sociedades en las que todos sus miembros sientan que puedan desarrollarse. Implica la creación de un mundo en el que todas las personas sean tratadas con igualdad, independientemente de su raza.
La paz es un término al que todos aspiramos y puede tener muchas concepciones desde los diferentes puntos de vista en el ámbito social; por ejemplo, aspiramos a una paz mental o paz emocional con mucha regularidad. Pero la paz es un concepto mucho más amplio, que debemos conocer para poder reflexionar y actuar desde los grupos sociales.
Por contextualizar, en la Real Academia Española (RAE) 2021 aparecen ocho definiciones. Para efecto de discernir, usaremos la que indica que es la situación en la que no existe lucha armada entre países, es decir, la ausencia de guerra; la otra define la relación de armonía entre las personas, sin enfrentamientos ni conflictos.
El sociólogo noruego Johan Galtung indica que es importante distinguir las subdivisiones de la paz, la ausencia de guerra o el simple miedo a la violencia. Se conoce como paz negativa. Y la paz positiva es la que busca armonía social, igualdad, justicia, la cual terminará trayendo cambios radicales en las sociedades.
Es fácil entonces concluir que la búsqueda de una paz positiva es mucho más lógica en un sistema social. Pero, ¿cómo podemos lograrla en estos acelerados tiempos, donde se pierde la empatía y el interés por el bien común? Pues debemos ser conscientes de que la paz positiva o social no es una meta utópica, sino el resultado de un proceso generalmente largo. No supone para nada un rechazo de los conflictos sociales que por naturaleza se dan; por el contrario, nos obliga a gestionarlos, a afrontarlos y resolverlos de forma justa para alcanzar ese tipo de paz.
En los medios de comunicación, a diario parece tener mayor efecto en la percepción ciudadana los ejemplos de malas experiencias de justicia social. Esos efectos terminan reduciendo los niveles de paz social. Por ello, desde la primera institución denominada familia es donde debemos sentar las bases de una sociedad más justa. Somos los padres responsables de educar sobre valores, principios, ética, moral, civismo y nacionalismo, para que individualmente se sumen conductas que propicien un cambio colectivo.
Desde la individualidad podemos aportar y esto induce a producir un efecto dominó en la colectividad social que copia los modelos de paz positiva, en la cual las propias instituciones también tienen una corresponsabilidad que cumplir en el establecimiento y sostenimiento de condiciones que propicien las buenas relaciones en las comunidades y cumplir con las funciones públicas para garantizar ese ambiente de paz y tranquilidad.
De hecho, estas instituciones públicas son las gestoras de la cultura de paz, entendiéndola como un conjunto de actitudes y comportamientos estructurales que reflejan el respeto a la vida y la dignidad humana, poniendo en primer plano los derechos humanos con sus avances de quinta generación y la permanente comprensión entre los pueblos y sus personas dotándolas de insumos para que logren la sinergia para el logro de los objetivos en común; estas también promueven el liderazgo comunitario para alcanzar un desarrollo local.
La paz social o positiva puede alcanzarse si logramos algunos factores clave que describen el funcionamiento del sistema socioeconómico, por mencionar: buen funcionamiento del gobierno, entorno empresarial sólido, distribución equitativa de recursos, aceptación de los derechos de terceros, buenas relaciones comunitarias, un capital humano calificado para el desarrollo, alto flujo de información y bajos niveles de corrupción, son algunos.
Trabajemos todos por la paz positiva, por la sociedad.
El autor es oficial del Servicio Nacional de Fronteras.
