Mucho se ha hablado y especulado por el precio y acceso de los medicamentos en Panamá, sobre todo en las farmacias privadas, porque el Estado, al comprar altos volúmenes, usualmente consigue buenos precios, excepto en aquellos medicamentos que no tienen competencia en el mercado.
Para comprender el tema, hay varios puntos que debemos analizar y trataré de abordarlos de la manera más sencilla posible.
El descubrimiento de un medicamento es un proceso largo y costoso. En general, cuando se aprueba una molécula para su uso, se han descartado alrededor de 500-1000 que fallaron en alguna etapa de sus pruebas. Por esto, existe el periodo de patente, en el cual no se pueden hacer copias de esta molécula y permitirle así al laboratorio que pueda recuperar la inversión económica realizada.
Otro aspecto importante es la existencia de medicinas genéricas. Son moléculas hechas a partir de fórmulas que ya perdieron el periodo de patente y cuya producción es mucho más barata. Es importante mencionar que estos medicamentos deben tener las mismas características físico-químicas de los originales para poder ser aprobado su uso en Panamá.
Con estas dos variantes entendidas, entra en juego la cadena de suministro, en la cual participan fundamentalmente tres “actores”:la industria farmacéutica, los distribuidores y las farmacias. Entre ellas existen relaciones comerciales que pocas veces tienen en cuenta al paciente, salvo algunas ofertas que dan aisladamente.
Entre estos tres “actores” se disputan los márgenes de ganancia y, particularmente, en nuestro país, con casi nula producción de medicinas, se aprovechan de la poca competencia comercial. En los tres eslabones de esta cadena se pueden hacer ajustes prudentes para beneficiar al usurario.
Estamos haciendo los esfuerzos para que el Estado y la CSS puedan tener un abastecimiento suficiente para ser competidores del mercado privado y esto podría acarrear descuentos en las farmacias, pero soy un convencido de que se pueden hacer ajustes desde ya. El Minsa ha mejorado su eficiencia en la dirección de Farmacia y Drogas para los registros sanitarios y otras normativas que permiten a la industria bajar sus costos, pero les hemos pedido que trasladen esos ahorros al usuario y a los distribuidores y farmacias mantengan esos descuentos. De esta manera, se beneficia el paciente.
Esperamos que estos actores en el comercio de las medicinas estén del lado de los pacientes y hagan descuentos significativos, porque sabemos que se pueden hacer.