El más reciente informe del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC) de la Contraloría General de la República, anunció la disminución de la Tasa de Desempleo de 11.3% en octubre 2021 a 9.9% a abril de 2022. Lo bueno: más de 100 mil panameños han comenzado a generar ingresos, 40% de ellos jóvenes menores de 30 años. Lo malo: La mayoría de los empleos que se están generando son informales.
Hoy tenemos 60 mil informales más (60,047) que en octubre de 2021. De hecho, es lo único en lo que hemos “superado” a los niveles prepandemia. En relación a agosto 2019, la economía tiene 74 mil empleos menos, pero hay 22 mil informales más (738 mil vs 716 mil).
El empleo formal privado se sigue contrayendo. A pesar de los constantes aumentos en la planilla estatal, entre enero y abril 2022 el Ministerio de Trabajo tramitó 78,248 nuevos contratos laborales, cifra 42% inferior a los 134,485 procesados por la entidad para el mismo período del 2019, año en el que se tramitaron 378,495 nuevos contratos, pero sólo se agregaron 52,040 empleos a la economía, todos informales (desde octubre 2021 se añadieron más de 60 mil).
Estas cifras son un síntoma de un acelerado proceso de precarización y estatización del empleo, que no fue ocasionado, pero sí agravado por la pandemia.
Entre el 2011 y 2021, la población en edad productiva (más de 15 años) aumentó en 716,619 personas y 395,693 más panameños ingresaron al mercado laboral (incremento de la Población Económicamente Activa - PEA).
Pero a pesar de los mayores aumentos de la planilla estatal en la historia, el número de empleos formales (públicos y privados) en la economía se redujo en 45,766 plazas,
En ese lapso, la informalidad aumentó, de 36.9% a 47.6% (hoy la informalidad es 48.2%), y por cada empleo formal privado perdido, se crearon 5 informales. De hecho, ya en el 2019, el porcentaje de empleo informal en la Población Ocupada No Agrícola era 44.9%, es decir, se incrementó en 1 punto porcentual por año desde el 2011.
De los 873,750 trabajadores asalariados en el sector privado que había en agosto 2019, 364 mil (42%) perdieron sus trabajos y a otros 284 mil (32%) se les suspendieron sus contratos laborales, ocasionando una caída del 40% en los ingresos de la Caja del Seguro Social (2020).
A abril de 2022, la informalidad asciende a 48.2%. La pandemia aceleró la precarización laboral. El porcentaje de informalidad en los nuevos empleos varía por sector, incluyendo construcción (80%), logística (85%), industria (57%), comercio (44%) y otros servicios (89%).
Los nuevos empleos formales que se están generando favorecen a trabajadores con mayores niveles de escolaridad.
En los últimos 6 meses, 85% de los empleos informales creados involucraron a trabajadores con menos de 11 años de educación, en comparación con 33% de los formales. En contraste, 15% de los nuevos empleos informales y 67% de los formales requirieron trabajadores con 13 o más años de instrucción formal.
No estamos en un estado de emergencia sanitaria, sino socioeconómica. Urge inyectar liquidez al sector productivo que genera empleos. Adicionalmente, el país debe decidir si crear empleos, generar confianza para la inversión privada y atraer Inversión Extranjera Directa (IED) son prioridades. Hoy la única prioridad es la vacunación.
En este contexto, es importante enviar mensajes claros a la comunidad inversionista internacional.
La creciente precarización y estatización del empleo son síntomas del deterioro en la confianza en el clima para las inversiones privadas en el país. Recuperarla debe ser la primera prioridad.
Sin confianza no habrá inversión privada y sin inversión privada no habrá empleos decentes.
El gran reto que tenemos es ¿cómo transmitimos confianza de que invertir en Panamá es un buen negocio?