Exclusivo Suscriptores

Cultivar el amor propio sin sentir culpa

Durante mucho tiempo, a muchas personas nos enseñaron que pensar en uno mismo es egoísta. Que primero están los demás, que hay que sacrificarse, que cuidarse es un lujo. Pero la realidad es otra: cultivar el amor propio no solo no es egoísmo, es una necesidad emocional y mental.

El amor propio no se trata de creerse más que nadie ni de ponerse por encima del resto. Tampoco es vanidad ni orgullo. Es reconocer tu propio valor, saber que mereces respeto, descanso, cariño, límites y alegría. Es aprender a hablarte con ternura y tratarte como tratarías a alguien que amas.

Muchas veces nos cuesta aceptarnos. Nos miramos al espejo con juicio, nos hablamos con dureza y nos exigimos más de la cuenta. Nos ponemos en el último lugar, nos sentimos culpables por decir que no o por descansar. Pero ¿quién dijo que solo somos valiosos cuando estamos agotados o complaciendo a los demás?

Amarse es un acto de valentía. En un mundo que constantemente nos dice cómo deberíamos ser, amarse tal y como uno es —con virtudes y defectos, con luces y sombras— es revolucionario. Y no tiene nada de egoísta. Al contrario, una persona que se quiere, se respeta y se cuida, es capaz de ofrecer a los demás lo mejor de sí.

Amarte a ti mismo no significa que no quieras cambiar o mejorar. Significa que te aceptas mientras trabajas en ti. Que reconoces tus logros, te perdonas tus errores y te das la oportunidad de crecer sin destruirte en el intento.

Entonces, ¿cómo se cultiva el amor propio?

Empieza con gestos pequeños. Háblate con más amabilidad. En lugar de decir “qué tonto soy” cuando te equivocas, di “me equivoqué, pero puedo aprender”. Observa cómo te tratas cuando nadie te ve. ¿Te cuidas? ¿Te hablas bonito? ¿Te das permiso de descansar?

Poner límites también es parte del amor propio. Decir “no puedo” o “esto no me hace bien” no te convierte en mala persona. Al contrario, es una forma de proteger tu bienestar. No tienes que estar disponible para todos a toda hora. Estar para ti también es importante.

Otro paso esencial es aprender a disfrutar tu propia compañía. No por obligación, sino por elección. Salir solo, tomar un café contigo, escribir lo que sientes, tener espacios donde puedas respirar sin tener que dar explicaciones. Estar contigo no debería ser incómodo, debería sentirse como un hogar.

Y si hay días en los que te cuesta quererte, no pasa nada. El amor propio también tiene altibajos. No se trata de estar bien todo el tiempo, sino de ser compasivo contigo cuando no lo estás. De acompañarte con paciencia mientras vuelves a encontrarte.

Recuerda: el amor propio no es un destino, es un camino. Uno que se camina paso a paso, día a día. A veces con avances grandes, a veces con tropiezos, pero siempre hacia una versión de ti más consciente, más libre y más amorosa.

Así que si hoy estás dudando de ti, si te sientes agotado o desconectado, haz una pausa. Cierra los ojos, respira hondo y dite algo lindo. Reconócete. Abrázate con palabras. Porque te mereces estar bien. No por lo que haces por otros, no por lo productivo que seas, sino por el simple hecho de ser tú.

Quererte no te hace egoísta. Te hace fuerte, te hace humano, te hace real. Y cuando aprendes a quererte, también aprendes a querer mejor a los demás.

La autora es docente de primaria y escritora.


LAS MÁS LEÍDAS

  • Los combustibles bajarán de precio a partir de este viernes 12 de diciembre. Leer más
  • Gobierno anuncia acuerdo sobre salario mínimo: así quedarán algunas tasas por regiones. Leer más
  • Naviferias 2025: el IMA anuncia horarios y lugares del 15 al 19 de diciembre. Leer más
  • Jubilados y pensionados: así será el pago del bono navideño y permanente. Leer más
  • Embajador de Estados Unidos toma el desayuno chino con la diputada Patsy Lee. Leer más
  • Contraloría inicia auditoría a fondos que transfirió el MEF a gobiernos locales en el gobierno de Mulino. Leer más
  • Estados Unidos incluye a Ramón Carretero Napolitano en la Lista Clinton. Leer más